Aunque hoy el Pont Notre-Dame es una puente más de París, en otro tiempo tenía un aspecto muy distinto. En aquel entonces, no era sólo un mero lugar de paso, sino un ajetreado centro de comercio lleno de tiendas y casas, y era considerado una de las “más elegantes” construcciones de Francia.
La joute des mariniers. Nicolas-Jean-Baptiste Raguenet. Original
En el mismo sitio donde ahora se alza el Pont Notre-Dame en la antigüedad se alzaba otra estructura llamada Grand Pont. Este puente fue destruido en el 886, durante el sitio normando de París, y se sustituyó por uno nuevo, llamado el “Pont des Planches de Mibrai” (puente de tablones de Mibrai) y que conectaba la ciudad con los molinos del Sena.
Este puente duró hasta el siglo XV, cuando en 1406 unas riadas lo destruyeron. Unos años más tarde, en 1412, el rey Carlos VI ordenó la construcción del primer puente de “Notre-Dame”. Se trataba de una estructura sólida de madera, que conectaba la Ile de la Cité con la calle Saint-Martin, de 106 metros de largo y 27 de ancho, que descansaba sobre dieciséis pilas (pilares intermedios) de madera, cada una formada por 30 piezas de madera de 60 centímetros de diámetro.
Se tardaron siete años en construirlo. Una vez acabado, el nuevo puente tenía 60 casas sobre él, 30 a cada lado. El rey se quedaba con parte de la renta que pagaban los que vivían en ellas y estipuló explícitamente que ningún cambista ni orfebre le fuera permitido ocuparlas.
Las casas del puente eran elegantes, tenían una altura considerable y formaban un conjunto uniforme. Cuando se caminaba por el puente, no dejaban ver el río. En el puente se vendía una gran variedad de productos, pero eran especialmente famosas sus armerías y librerías.
Sin embargo, el 25 de octubre de 1499 el puente, que había sido descrito como una de las obras más elegantes de Francia, se vino abajo. Se culpó del derrumbamiento a la avaricia del prevot des marchands y de los échevins (algo así como el alcalde y los concejales, respectivamente, en tiempos de la Francia monárquica) que cobraban una renta anual por el alquiler de las casas, pero dedicaban sólo una parte muy pequeña al mantenimiento. Según parece, el supervisor de las obras pública hacía un año que había avisado a la ciudad del peligro en vano.
Incluso la misma mañana del día del derrumbamiento, un maestro carpintero, que había avisado a los magistrados que el puente caería ese día, fue enviado a prisión. Aunque cuando uno de estos magistrados fue a dar cuenta ante el Parlement de París del carpintero, el Parlement, a pesar del enfado del magistrado, inmediatamente ordenó desalojar el puente y envió guardias para que bloquearan las dos entradas y así impedir que la gente lo cruzara.
No tardaron en aparecer fisuras en el pavimento del puente y, más tarde, en las casas. Al final, el puente se derrumbó produciendo un estruendo terrible y una nube de polvo que oscureció el cielo. Varios de los que vivían en las casas, demasiado preocupados por recuperar sus enseres, quedaron atrapados entre las ruinas. El curso del río se vio obstruido y se produjo una repentina subida del nivel del agua que arrastró a varias mujeres que estaban lavando en la orilla. No fueron los únicos accidentes que se produjeron.
El prevot des marchands y los échevins fueron encarcelados por su negligencia y fueron inhabilitados para ocupar otros cargos en el futuro. También fueron condenados a pagar una multa considerable, parte de la cual sería destinada a la reconstrucción del puente. El rey además dispuso, para el mismo propósito, un impuesto especial sobre los animales de pezuña que entraran en París.
El mismo año del derrumbamiento se pusieron los cimientos del nuevo puente, mientras tanto, una barca permitía cruzar el río. Esta vez, se construiría un puente en arco de piedra. El arquitecto real, el veronés Fra Giovanni Giocondo, que había supervisado la construcción del Petit Pont, también en París, sería el responsable.
Destrucción de las casas sobre el Pont Notre-Dame en 1786, Hubert Robert. Original
La construcción fue lenta por la falta de dinero y no se concluyó hasta 1507. El nuevo puente era de 124 metros de largo por 23 de ancho y tenía seis arcos semicirculares con una elevación proporcional a las crecidas del Sena. Esta vez, se construyeron setenta casas, aunque se tuvieron que derribar nueve de ellas para construir las pilas, dejando treinta a un lado y una más al otro. En seguida, el puente recobró la animación y se volvió a convertir en uno de los lugares más frecuentados de la capital con una gran actividad comercial.
En 1660, se renovó el puente con motivo de la llegada de la hija de Felipe IV de España, que se convertiría en reina de Francia al contraer matrimonio con Luis XIV. Las casas, que eran uniformes y de ladrillo, fueron reparadas y ornamentadas. Sobre los pilares del puente se colocaron estatuas de santos y reyes de Francia, y se adornaron con guirnaldas y medallones. En el primer de los medallones aparecía el escudo real y en los demás los retratos del resto de reyes.
En 1670, en las proximidades del puente, sobre el río Sena se construyó otro edificio de aspecto peculiar: una bomba de agua. Era la segunda que se construía en París para intentar paliar la escasez de agua que sufría la capital al no resultar suficiente el agua que llegaba por los antiguos acueductos de Belleville y Saint-Gervais. Se trataba de una torre de planta cuadrada construida sobre pilotes de madera que contenía un depósito, al cual se hacía subir el agua del Sena mediante una bomba que se movía gracias a la propia corriente del río.
No se hicieron mayores cambios en el puente hasta 1786, cuando sus, para entonces, inestables e insalubres casas tuvieron que ser demolidas. La “Pompe du Pont Notre-Dame” también acabaría siendo demolida, aunque bastantes años más tarde, en 1858, como parte de un plan para mejorar la estética de las orillas del Sena.
Para entonces, un nuevo puente de piedra se levantaba en el lugar del anterior. El puente, que había sido construido sobre los pilares del anterior en 1853, cuando se rebajó el nivel de la calle Saint-Martin, tenía menos arcos que el anterior, sólo cinco, pero fue la causa de no menos de 35 accidentes entre 1891 y 1910, lo que le hizo ganarse el apodo de “le pont du Diable”.
En esta forma, el puente tampoco duraría demasiado y en 1919, para mejorar el tráfico, los tres ojos centrales fueron sustituidos por un único arco metálico. La obra fue dirigida por Jean Résal, que también había trabajado en otro par de puentes de París, y es el puente de metal que hoy ocupa el lugar del antiguo Grand Pont.
PS: Llegué a este puente después de ver la película "El perfume". Aunque se parece mucho al puente en el que el perfumero tenía su taller, no he podido confirmarlo. En la wiki inglesa dice que era el Pont au Change. ¿Alguien lo sabe?
Enlace permanente a Las casas del Pont Notre-Dame
+posts:
- La epopeya de construir un faro sobre la Roca de Fastnet
- El panóptico, una prisión sin rincones
- La revolución del telégrafo óptico
- Nahalal, un pueblo en círculos
+info:
- Pont Notre-Dame en en.wikipedia.org es.wikipedia.org
- The History of Paris from The Earliest Period to the Present Day (pág 140) in google books
- Pont Notre Dame in Paris.fr
13 comentarios:
Ya veo que lo de La Losa en Oviedo no es nuevo (no sé si definirlo como puente o como geofront pero esa cosa que han puesto cubriendo la estación de trenes y un buen pedazo de la vía es excesivo : P).
Tiene su romanticismo eso de vivir sobre un río pero cuando hay pelas de por medio y ambiciones por vivir en un lugar tan exclusivo, la gente se olvida de detalles tan "olvidables"como la salud o la seguridad.
Interesante artículo, como de costumbre ^_^
Interesante artículo. Un puente en la línea del Ponte Vecchio, pero que no se pudo conservar en condiciones.
Sobre el tema de "El Perfume" intentaré buscar el libro (que lo leí hace poco), y si lo encuentro ya te cuento que pone en él.
Siempre me han gustado los puentes con casitas encima, le dan un aspecto muy abigarrado, como si la ciudad estuviera tan atestada que hace falta construir donde sea.
El del perfume es el Pont-au-Change como dices que también tenía sus casa encima por aquella epoca.
Es curioso como ha cambiado el punete, más que nada porque ahora desmerece bastante respecto al puente original lleno de casas.
Es una pena que no hayan sabido conservarlo, porque el Ponte Vechio es una pasada, ya que veo que lo mencionan. Y otro en la misma línea es el Ponte Rialto en Venecia.
Buen artículo
Saludos
Tripiyon
Jeshua, creo que aquí en Barcelona van a hacer algo similar a lo de la Losa de Oviedo en la estación de la Sagrera del AVE.
A mí me parece romántico lo de vivir en el puente. Aunque además de los inconvenientes que tú citas, me parecería agobiante, por lo menos en un puente así, con tanto ajetreo de gente. Sería como vivir en una calle comercial de alguna de nuestras ciudades de hoy en día.
Milhaud, sí, desde luego que es una pena que no se haya conservado. Yo cuando vi el puente de la película, que parece ser no es este, sino el Pont Au Change, pensé si existiría aún. Aunque enseguida pensé que si hubiera existido ya lo habría visto en algún documental.
Padawan, compartimos gusto por estos puentes, entonces ;-) Probablemente en el París intra-muros no sobrara mucho espacio dentro de las murallas. Y además supongo que era un sitio privilegiado para poner un negocio, por el tránsito de gente.
Muchas gracias por la info, Mr. Patata. A ver si un día busco información sobre ese otro puente.
Tripiyon, yo también he tenido la suerte de pasar por el Ponte Vechio o el de Rialto y son una pasada. Muy turísticos, pero una pasada.
En Inglaterra aún queda algún otro. A ver si otro día....
Un saludo para todos!
Siento no haberte podido mandar el cómic.
Gracias por darnos estas bonitas historias a conocer y por tu esfuerzo para prepararlas.
Un saludo Bovolo.
De nada, Pumuky, y no te preocupes por lo de cómic.
Un saludo y gracias por comentar!
Efectivamente, en la novela cita textualmente: el Pont au Change, que unia la orilla derecha con la Île de la cité. De echo hasta 1786 tuvo casas sobre él, año en que fueron demolidas. Por tanto la tienda del perfumista de la novela pudiera haber estado sobre el puente.
Pues, muchas gracias, Carlos!
Entre todos, me habéis sacado de la duda.
Saludos!
Me paso lo contrario, vi una parte de la película hace un tiempo. Apenas vi la primera imagen y leí los primeros párrafos me acorde de la película y mientras leo el articulo descargo la película para verla entera. Saludos.
Ya me dirás si te gusta. A mí, la verdad, no del todo :-( Quizás el libro...
Saludos y bienvenido!
Interesante los puentes habitados.!!!
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