La Revolución de Octubre exigía una nueva forma de vivienda que fuera adecuada para el modo de vida socialista. La colectivización del trabajo doméstico y de parte de la vida privada de las familias se creyó que podía servir de motor del cambio que permitiera convertir burgueses en buenos socialistas y, a su vez, liberar a la mujer de la “esclavitud” del hogar. El elegante edificio Narkomfin fue el intento más serio de este intento un tanto utópico.
En 1918 la propiedad privada de viviendas fue abolida en la Unión Soviética y aparecieron, de manera más o menos espontánea, las primeras viviendas comunales en las casas confiscadas a los burgueses. En 1921 había 800 casas-comuna en Moscú pero la iniciativa avanzaba de manera lenta, puesto que las comunas se establecían en edificios ya existentes. Se crea entonces un servicio de ordenación de las ciudades y se busca una solución planificada al problema de la vivienda acorde con la promoción de las ideas socialistas.
En este proceso de colectivización de la vida social, las relaciones matrimoniales y familiares se sometieron a examen. La familia tradicional se veía como una reminiscencia de la vida burguesa y no se creía que debiera ser el elemento primario de estructuración de la nueva sociedad. Al haberse hecho cargo el estado de algunas de las funciones de las que antes de ocupaba la familia, algunos creían que esta quedaría casi reducida en exclusiva al afecto mutuo. No menos importante era permitir a la mujer llevar un modo de vida más acorde con el ideario feminista.
En los primeros años después de la revolución se experimentó con nuevas organizaciones que permitieran “nuevas relaciones sociales”. La casa-comuna era el prototipo en el que trabajaban juntos Estado y arquitectos soviéticos. Se trataba de un intento de llevar el comunismo al corazón de la vida doméstica. En estos tiempos, se debatía sobre la conveniencia de que los “constructores del comunismo” vivieran en casas-comuna, donde todas las áreas, en algunos casos hasta los dormitorios, fueran comunes. La rutina diaria del individuo estaría controlada hasta el último minuto, sin derecho a elegir. Esta idea fue aplicada por Ivan Nikolaev en su Casa Comuna para estudiantes (1929-1930).
Sin embargo, este modelo era difícil que funcionara de manera general debido a las desigualdades entre las personas. A finales de la década de 1920 empezaron a aparecer otros arquitectos que defendían un modo de vida colectivo, pero con más libertad individual. Aunque las viviendas contasen con una serie de servicios y suministros colectivos, creían que cada persona tenía que tener su propio espacio individual para pasar tiempo sólo o con las personas más próximas. Como primer prototipo de este nuevo paradigma “transicional” de vida colectiva, se construyó el Narkomfin (abreviatura de Comisariado del Pueblo para las Finanzas) en Moscú entre 1928 y 1932.
El edificio fue concebido por un grupo de arquitectos e ingenieros de la Asociación de Arquitectos Contemporáneos (OSA), grupo considerado pionero del constructivismo, y dirigido por Moisei Ginzburg e Ignaty Milinis. Los arquitectos no escondían que los apartamentos eran una intervención en la vida diaria de sus ocupantes con el objetivo de que llevaran una vida más acorde con el ideario socialista. Aunque al contrario que los primeros proyectos de casa totalmente comunales de principios de la década de los 20, los arquitectos del Narkomfin pretendían estimular esa vida colectiva en vez de imponerla, permitir a sus ocupantes libremente adoptar los aspectos de vida comunal que realmente les convinieran. El feminismo también estaba presente desde el principio en este tipo de proyectos. El hecho de que cocina y lavaderos estuvieran fuera de las viviendas o contar con guarderías en el edificio, facilitaba compartir las tareas domésticas y permitían a la mujer tener una vida más libre, ofreciéndole la posibilidad de escapar de sus roles tradicionales y ocupar nuevos puestos en la sociedad.
Este enfoque tenía también algo de pragmático. Las ciudades soviéticas tenían un exceso de población, a causa de la inmigración proveniente del campo, y cualquier apartamento con más de una habitación se convertía con el tiempo en una kommunalka en la que varias familias acaban compartiendo un baño y una cocina que habían sido pensados para una sola. La única manera de asegurar que un apartamento fuera ocupado por una única familia era que fuera suficientemente pequeño y no pudiera ser particionado para acomodar a otra. Según los arquitectos del OSA, cualquier apartamento de una sola planta podía ser re-particionado, por ello, por lo que diseñaron modelos de apartamento basados en la separación vertical (dormitorio en el piso superior y una cocina-salón en el inferior).
El complejo del Narkomfin originalmente tenía que estar compuesto por 4 edificios: un comedor (con comida pre-cocinada) y un gimnasio, un bloque de servicios y una guardería. El bloque de servicios sólo se acabó a medias y el edificio de la guardería nunca se construyó y ocupó el del gimnasio. Una biblioteca, un jardín de dos niveles en el tejado y un solárium como áreas de ocio compartido.
La distribución del bloque residencial huía de la organización tradicional en torno a una escalera y los apartamentos se organizaban a lo largo de dos pasillos-vestíbulo horizontales. Estos amplios corredores, iluminados con luz natural, al igual que el jardín del tejado, estaban pensados para convertirse en un lugar de encuentro entre los vecinos del edificio que estimulara la vida comunal. A ambos extremos de estos pasillos estaban las escaleras.
Los apartamentos eran de diferentes tipos. Los de “tipo K” tenían una cocina separada, aunque pequeña, 4.5m2. En la planta superior tenían dos dormitorios y un baño, en la inferior, aparte de la cocina, tenían un salón comedor grande y de 5 metros de altura (gracias a que la planta superior había un hueco). Estos pisos estaban pensados para las familias que todavía seguían el modo de vida tradicional.
Distribución apartamento “tipo K”
Distribución apartamento “tipo F”
Sección del edificio
"Hueco" entre las plantas del dúplex
Distribución apartamento “tipo F”
Sección del edificio
"Hueco" entre las plantas del dúplex
Para las personas solteras y las parejas jóvenes se pensó el “tipo F”, estos apartamentos sólo tenían una habitación (también alta, de 3.6 metros) y un único dormitorio. En este tipo de pisos, en vez de una cocina había un “elemento de cocina” y en vez de baño, una ducha y un wáter. La intención era que los habitantes de estos pisos pequeños preferirían prepararse “cómodamente” sus comidas en las cocinas comunales a cocinar en las “cocinas nicho”. En otros edificios comunales posteriores se optó por ni siquiera poner este tipo de cocinas, privando a sus ocupantes de elegir que hacer.
Además de estos pisos, en el tejado había un conjunto de habitaciones para una o dos personas con una ducha para cada dos habitaciones, eran las llamadas “unidades dormitorio”. Gracias a la división en dos niveles (tipo dúplex) de los pisos y un esquema de colores cuidadosamente escogidos para su decoración, los apartamentos parecían más espaciosos de lo que eran. Todos los pisos tenían ventanas a los dos lados de la fachada para facilitar su buena ventilación. Los dormitorios daban al este y las salas de estar, uno de cuyos muros es casi todo él de cristal, al oeste. Esto permitía despertarse con la salida del sol y disfrutar de su puesta al anochecer. A unos pisos se accedía por la planta inferior y a otros por la superior, en lo que podía parecer un puzzle de dúplex.
Aunque el edificio estaba destinado originalmente para alojar a los trabajadores del Narkomfin, finalmente se convirtió en el hogar de cargos importantes de la Nomenklatura. El ministro de finanzas fue el primero en instalarse en él. El edificio pasó así a funcionar como un hotel con un buen nivel de servicios, pero en ningún caso estimuló la colaboración mutua de las primeras casas colectivas.
Las ideas utópicas y reformistas que pretendían cambiar la vida diaria y que estaban detrás de la construcción del edificio cayeron en desgracia casi tan pronto como este fue acabado. Tras el ascenso al poder de Stalin, las ideas colectivistas y feministas fueron tachadas de trotskistas. Se frustraron los planes para convertir el Narkomfin en un modelo para toda la Unión Soviética, al final sólo se acabaron construyendo otros cinco complejos parecidos, también experimentales.
El edificio original fue modificado sin respetar el diseño inicial. Debido a la falta de viviendas en Moscú, se construyeron apartamentos en la planta baja, en la que originalmente se había decidido sólo hubiera los pilotes sobre los que se apoyara el edificio. Esta decisión inicial, como casi todas las demás, se había tomado de una forma racional, en este caso no construir apartamentos en los que la gente pudiera mirar dentro.
Otra de las agresiones que sufrió el edificio fue la construcción de un edificio colindante en el ecléctico estilo Estalinista que rompió su harmonía estética. En el interior también se hicieron cambios, esta ver por parte de los propios ocupantes. Algunos de ellos rechazaron el modo de vida propuesto y adaptaron su distribución. El cambio más común era el de instalar una cocina más grande que la que tenían pre-instalada los apartamentos. Tampoco tuvo éxito el jardín del tejado, que fue muy poco usado, el edificio miraba a la embajada americana, lo cual desanimó a los ocupantes a utilizarlo.
El edificio lleva cayéndose a trozos casi tres décadas y hoy se encuentra en un estado lamentable (ver video de la BBC). El edificio ejerció una gran influencia en la arquitectura moderna, como por ejemplo en Le Corbusier y su “Unité d’Habitation”. Sus ideas fueron reutilizadas también por otros arquitectos y el edificio sigue siendo visitado por muchos otros que pasan por Moscú. Sin embargo, en Rusia muchos lo ven como un monumento a un régimen fracasado, y no está incluido en la actual corriente historicista rusa centrada en la recuperación de edificios y monumentos de los tiempos pre-soviéticos y, curiosamente, también la de los construidos en el estilo estalinista.
El Narkomfin es despreciado tanto como modelo de vivienda, como como parte de la historia de Rusia. Ante este desinterés por parte de los poderes públicos, parece que la salvación le puede llegar de la iniciativa privada. En la actualidad, sólo una decena de apartamentos se encuentran ocupados, pero otra parte ha sido comprada por una agencia inmobiliaria con la intención de encargar la renovación del edificio al nieto de Moisei Ginzburg y dedicarlo a aparta-hotel, siempre respetando el edificio. De concretarse estos planes, el Narkomfin no sería el primer edificio del comunismo utópico salvado por un oligarca capitalista “bueno”.
PS(i): En el año 2000, se calculaba que 10 millones de rusos seguían viviendo en pisos comunales.
PS(ii): ¿Os gustaría vivir en un edificio así?
bonus track:
- La jaula dorada de Stalin en el renovado SovietRussia. Una solución muy “diferente” al problema de la vivienda en la URSS
+info:
- Dom Narkomfin, Moscow 2005 by Stefan A. Pedersen in LostClusters
- Video “New hope for Moscow Building” in BBC news
- Narkomfin Building in en.wikipedia.org
- Narkomfin in Narkomfin Charitable Foundation
- An Achaeology of Socialism by Victor Buchli in googlebooks
- The Socius of Architecture by Ad. Graafland et al. in googlebooks
22 comentarios:
¿Gustarme vivir allá? Mejor que el micropiso del que se hablaba no hace tanto sí que sería, ¿no?
En fin, idealismos: Sin gente que realmente los suscriba, ya sea de arriba, ya de abajo (por muy igualitarios que quisieran ser los comunistas en su ideal inicial) de nada van a servir. Es idea interesante, como todo idealismo, para tener en cuenta pero, como digo, toda idea falla cuando se aplica a la gente. Su nivel de fracaso, eso sí, puede variar.
Interesate: Lo que para muchos hubiera pasado por un simple edificio de apartamentos tú lo has descrito como una pieza perdida de la historia ^_^
Esto es Soviet Rusia o Cabovolo,me habre confundido jajaja.Interesantisima entrada.Lo de la dictadura sovietica fue un desparrame de los mas grandes de la historia,utopicamente era la ostia pero la realidad es que el exceso de unos pocos privilegiados dio al traste con el defecto de casi todos los demas,aun con todo y eso el pueblo ruso es digno de admiracion,estos son de los de ahora me caigo,ahora me levanto y sino nada mas que ver el poder que aun siguen teniendo en el panorama economico-social de este nuestro Mundo.Abrazos Bovolo.Pumuky
Muy interesante. ¿Has leido "¿Quien teme al Bauhaus feroz?" de Tom Wolfe? Es muy divertido, con su descripción de como el Bauhaus, con sus raíces marxistas, acaba convirtiéndose en una escuela que triunfa en Estados Unidos con la financiación de los grandes magnates. Por supuesto, no deja títere con cabeza en esta escuela de arquitectura (bueno, a Mies Van der Rohe lo pone como, al menos, un tipo simpático). Me encanta cuando alguien habla de arquitectura norteamericana y pone a Lloyd Wright entre Van der Rohe y Gropius (cuando Wright no los podía ver, al menos no a sus condenados edificios).
Lo cierto es que algunas de las ideas del Narkomfin aún pueden encontrarse. Sin ir más lejos, yo viví en un bloque de edificios ("Unidad Vecinal") que tenía similitudes importantes con el Narkomfin: pasillos horizontales iluminados donde se suponía que la gente se encontraría y se relacionaría más; plantas bajas ocupadas sólo por pilotes, sin apartementos o bajos; espacios comunales; ventanas a este y oeste, etc. Por supuesto, existían grandes diferencias entre la teoría y la práctica, pero algunas de las ideas eran bastante buenas.
Lástima no tener unas fotos. Quizá un día me anime a ir de excursión a mi antiguo barrio las saque.
Gran entrada, como es habitual. Por cierto, una referencia al libro de Wolfe: http://www.anagrama-ed.es/titulo/CO_118
Me ha recordado al edificio Walden 7 de Ricardo Bofill. Así que he hecho una pequeña búsqueda en google (no se si el link quedará bien, sino se puede buscar: "walden 7" Narkomfin) y he visto que hay otros que también los relaciona, y a un tercer edificio llamado Corviale.
Curioso.
Jeshua, estoy de acuerdo con lo que dices de las ideas, suelen fallar cuando se aplican, tal vez porque personas ideales no existen.
He de reconocer que muchas veces ese fracaso los convierte en más atractivos para mí.
Pumuky, es que los intereses de este blog son tan variados que.... ;-)
Sobre lo de los soviéticos, creo que poco a poco se fueron alejando de la utopía y adoptando enfoques más prácticos -menos elegantes, me temo que también. Valga como ejemplo como evolucionó su solución al problema de la vivienda.
En cualquier caso, las utopías siempre es difícil que funcionen, pero en un país tan grande, aún más.
Saludos!
Golias, interesante eso de la Unidad Vecinal, sino me equivoco eres de Chile, no?
He encontrado fotos por internet la Unidad, en este link.
No he leído ese libro, pero me lo apunto. Tiene que ser interesante!
La Escuela de la Bauhaus, como muchas otras cosas de la arquitectura, la conocí por mi hermano cuando estudiaba arquitecto, y los libros que traía por casa.
Todos esos intentos de cambiar el mundo a través de la arquitectura siempre me han interesado. Aquí en España, conocía los del GATEPACT/GATCPACT.
Por cierto, no me queda muy claro la razón por la cual unos pasillos amplios e iluminados fomentarían la relación entre los vecinos. Siempre mejor que unos estrechos, aunque....
Un saludo, y, como siempre, gracias por enriquecer la entrada!!
Pues no, no soy de Chile. Soy de Ferrol. Como aquel generalote de voz de pito, ¿cómo se llamaba? Lo tengo en la punta de la lengua...
Las Unidades Vecinales eran (son) conjuntos de edificios planificados para la expansión de la ciudad en el nuevo (años 70) barrio de Caranza, a la entrada de la ciudad. La mía era la número 2. Luego, con la especulación, se dejaron de añadir unidades vecinales y los edificios se construyeron sin gran planificación. Originalmente todo el barrio iba a estar planificado, pero en este país ya se sabe. De hecho, el nombre del barrio iba a ser "Parque Residencial Camilo Alonso Vega".
Después vinieron los problemas de la aglomeración de casi 30.000 ciudadanos sin cohesión social en un barrio nuevo, las drogas, los años malos, etc. Yo me fui en el 95 de allí, y por lo que me cuentan la cosa ha mejorado mucho.
Muchas gracias, Fran!
Sí, el Walden 7 también hace tiempo había oído que tenía ideas de "ingeniería social" detrás. Aunque como en los demás caso, creo que tampoco triunfaron.
Muy interesante también el Corviale, creo que esto lleva camino de convertirse en una serie de posts!! :-D
La verdad que es un tema que siempre me ha interesado, la ingeniería social y el mundo del ladrillo.
Un saludo!
Muy buena entrada (como de costumbre) y como dice Pumuky muy Soviet Яussia :)
En la Rusia actual se sigue viviendo mucho en micropisos de 1 o 2 habitaciones. De hecho, muchos pisos de mayores dimensiones se consiguen a base de juntar pisos pequeños.
Ah! Muchas gracias por citar el post de la jaula dorada de Stalin.
Un abrazo ;)
Un placer, Siberiano. Todavía estoy intentando averiguar como has puesto esa R "retorcida" en el comentario.
Hace unos años fui a Estonia y Letonia de vacaciones. Y me comentaron que los bloques de la época soviética, la mayoría, estaban hechos polvo, no sólo por fuera, que eso más o menos se veía, sino también por dentro. Supongo que tu, que vives por esos lares, lo sabrás mejor.
Un abrazo, majete!!
Bovolo, lo de esa R al revés no tiene mucho misterio, es la letra Я (ya) rusa (si te configuras el teclado ruso se corresponde con la tecla z) ;)
Sí, los bloques soviéticos suelen estar que se caen, especialmente los "jruschovki", bloques de 5 pisos hechos con plafones prefabricados de hormigón. Construcción muy simple y barata de inicios de los 60.
La tipología de edificios soviéticos es un tema en cartera, junto con las antiquísimas casas de madera siberianas que con el paso del tiempo son tragadas literalmente por el suelo.
Un abrazo ruso ;)
Muchas gЯacias, siberiano ;-)
Había leído sobre los panelák. Me imagino que los jruschovki deben de tener una historia parecidos. Buscando por internet, he comprobado que cuando estuve por las Repúblicas Bálticas vi unos cuantos.
La verdad que tenían una apariencia triste....
Saludos!!
Durante los primeros años de la URSS hubo unos cuantos experimentos bastante interesantes, tratando de poner en práctica ideas bastante utópicas, no sólo ideas sociales, si no una mezcla entre las ciencias sociales y el arte, en parte como este edificio. Una pena que todos esos experimentos estén ahora mismo olvidados
¡Excelente documentacion!
No conocía el edificio - aunque sí dieas análogas - y me hace gracia que haya quien quiera seguir repitiendo estos esquemas a pesar de su constatado fracaso.
En esencia, me declaro ferviente seguidor de la señora Jane Jacobs y creo que milenios de "prueba y error" por parte de la humanidad a la hora de decir cómo quería vivir en sociedad son MUCHO más válidos que las ideas de arquitectos que funcionan a golpe de simplificación del ser humano.
Y, para mentes simples, Le Corbusier. Satán le castigue.
VyS,
No sabía nada de Jane Jacobs, pero por lo poco que acabo de mirar, parece muy interesante.
Yo, sobre estos experimentos sociales, tengo sentimientos encontrados. Por un lado, creo que nunca funcionaran, pero por otro, pues a veces, algunos de ellos, me gustaría que funcionasen. Aunque en muchos otros casos, desde luego que mejor no.
En cualquier caso, como ya dije, creo que el fracaso no hace sino que incrementar mi interés por ellos. Como también lo hace la falta de respeto a la tradición al individuo con la que se imponen o se han impuesto muchos de ellos.
Ahora me viene a la cabeza un documental que vi sobre la Presa de las Tres Gargantas, o la Ceaushima, que ya tratamos en este blog.
En el caso particular del Narkomfin, creo que tiene ideas interesantes, pero otras no tanto. En cualquier caso, el Narkomfin me pareció un interesante ejemplo de "think out of the box".
¡Saludos y bienvenido!
estudio arquitectura y me ha parecido muy interesante. Las utopías rara vez funcionan.. Pero cada arquitectura tiene un contexto, y hay que entenderlas desde éste. Es indiscutible el valor para la historia de la arquitectura de piezas como éstas, no tanto por su valor estético sino por las implicaciones sociales, el cambio de roles, la ruptura con la arquitectura tradicional. En cuanto al comentario de mas arriba referente a Le Corbusier: Puede gustarte más o menos, pero hay que tener una cierta sensibilidad y conocimiento para poder entender ciertos aspectos de su arquitectura. Como decía antes, estas piezaS se entienden en un contexto social, cultural y temporal que está lejos del actual, y como tal, hay que valorarlas teniéndolo en cuenta.
Siento la chapa :)
Un saludo
Liulina,
Que va! Muy interesante. Yo a Le Corbusier le conocí cuando mi hermano estudiaba arquitectura.
La primera obra que conocí suya fue la Villa Savoye y siempre le he tenido un cierto cariño.
En cualquier caso, la ingeniería social me resulta interesante, a la vez, que me da un cierto miedo.
Por cierto, hace poco, leí sobre otro "experimento" urbanístico/social. La ciudad de Brasilia.
Saludos!
Si, y en Le Corbu tienes la Ville Radieuse como planteamiento teórico, algunos aspectos se llevaron a la práctica en Chandigarh, en la India. Igual te resulta interesante ;) hay muchos experimentos de este tipo q se remontan a la primera época industrial; mírate los falangsterios y familisterios :)
Un saludín!
Liulina,
Los falansterios los descubrí en un programa de la tele. Llegué a recopilar unos cuantos enlaces, pero al final no empece a escribir el post, aunque sigue en cartera ;-)
Muchas gracias por la villa Radieuse y Chandigargh.
Muchas gracias y saludines ;-)
espero ansioso ese post sobre falansterios! o, en cualquier caso, sus links :)
Bienvenido, Dani.
Pues es uno de los que está en la rampa de lanzamiento ;-)
A ver si tengo tiempo y lo puedo publicar en breve.
Saludos!
el comunismo nunca funcionará porque las personas son INDIVIDUOS
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