La isla de Skellig Michael en Irlanda es un lugar en el que parece imposible vivir. Sin apenas un palmo de tierra llano, sus inclinadas pendientes y acantilados convierten un simple paseo en una peligrosa aventura los días en los que las tormentas y vientos azotan la roca. Pese a todas estas dificultades, o tal vez por ellas, en el siglo VI una comunidad de monjes ascetas escogieron sus salientes sobre el océano para huir del mundo y construir un austero monasterio.
Vista de la vecina Little Skellig desde el monasterio. Danny O’Brien
La vida monástica cristiana tiene su origen en la creencia que la unión con Dios es más fácil de alcanzar escapando de la civilización a áreas aisladas, donde la supervivencia es difícil. En el siglo III los cristianos egipcios huían de las tentaciones y distracciones que abundaban en las ciudades al desierto para llevar una vida solitaria de oración, meditación y ayuno. En el siglo IV, sin embargo, estos grupos de de ascetas empezaron organizarse en comunidades en las que aún seguían viviendo separados, pero en proximidad unos de los otros, reuniéndose los sábados y domingos para las celebraciones religiosas.
Con el tiempo aparecieron las primeras comunidades de monjes que llevaban una vida en común, aunque la vida monástica aislada en zonas desoladas, inaccesibles y duras siguió siendo considerada la forma más pura. En toda Europa se admiraba a los primeros anacoretas del desierto, pero en ningún otro lugar se les imitó tan fielmente durante tanto tiempo ni a tan gran escala, como en Irlanda. El primer paso para imitar a los eremitas del desierto era encontrar un equivalente irlandés del desierto egipcio. Algunos lo buscaron en tierra firme en los desiertos de árboles, los bosques, pero los más decididos lo buscaron en las islas del “mar sin caminos”.
La segunda mitad del siglo VI vio el comienzo de otra forma de vida monástica irlandesa, comunidades de monjes dispersas geográficamente, pero unidas bajo el abad del monasterio principal. Con el tiempo algunas de estas comunidades pasaron a depender de las familias aristocráticas y empezaron a alejarse de sus valores. Durante el siglo VII las confederaciones monásticas se hicieron aún más importantes y habituales en Irlanda. Pero los ideales de simplicidad ascética y austeridad no se habían olvidado, y los monasterios seguían animando y apoyando a los que se decidían a seguirlos.
La isla en un día de niebla. HighTower3
Vista desde el pico sur, próximos a la cresta se pueden distinguir los clocháns del monasterio. Christopher Earls Brennen
Es el algún momento del siglo VI cuando la isla de Skellig Michael un grupo de monjes ascetas desembarcó en la isla y tras escalar sus acantilados la convierte en su refugio. Skellig Michael es un islote rocoso y abrupto, y aún hoy es un lugar de difícil acceso y bastante inhóspito a 15 kilómetros de la costa de Kerry. Al ser la cima de una montaña submarina, ofrecía pocas zonas llanas, excepto pequeños y peligrosos salientes. La isla cuenta con dos picos, uno a cada lado de “el valle de Cristo”, una pequeña depresión con forma de U. El pico del noreste es de 185 y otro en el sudoeste de 218 metros.
El nombre de la isla viene del irlandés “Sceilig Mhichil”, la roca de Miguel, refiriéndose al Arcángel Miguel, que según cuenta la leyenda acudió a Irlanda en ayuda de San Patricio en su lucha contra las serpientes y demonios. El eremitorio se construyó en un saliente de la cara sur de la cumbre del noreste, buscando así la protección de los vientos. El conjunto se encuentra dividido entre dos terrazas situadas a 168 y 183 metros sobre el nivel del mar, la inferior está delimitada por un muro de contención. Era un monasterio muy sencillo, compuesto sólo por seis clocháns (barracas de piedra típicas de Irlanda) con forma de colmena y dos oratorios.
Los dos oratorios parecen la aplicación de la arquitectura típica de los clochán sobre una planta rectangular. Son estructuras pequeñas con una puerta en la parte oeste y una pequeña ventana en la este. Uno de los oratorios está situado entre las celdas, mientras que el otro un poco más al noreste. Bastante cerca del primer oratorio se encuentran las ruinas de la iglesia de Saint Michael, aunque tradicionalmente se cree que esta construcción es posterior a los demás edificios del monasterio, las pruebas del carbono-14 han permitido datarlo en el siglo VIII.
Para la construcción de los edificios y muros de contención del monasterio se utilizó el único material que abundaba en la isla, las piedras, que fueron encajadas cuidadosamente unas con otras mediante el uso de la técnica de la piedra seca, sin cemento o mortero. El único edificio en el que se usó con mortero de la isla fue el de la Iglesia de Saint Michael.
El conjunto no es muy grande, probablemente jamás vivieran en él más de doces monjes y el abad simultáneamente. El monasterio lo completaban cruces de piedra, lápidas y unas cuantas estructuras con forma de “leacht”, la mayor de las cuales es conocida como el “Cementerio de los Monjes” y dos cisternas para recoger y purificar el agua de la lluvia. Los leacht son estructuras de forma cuadrada o rectangular construidas habitualmente también en piedra seca y muy habituales en las islas monasterio de Irlanda. Aunque su función exacta aún se desconoce, se cree que podían servir para señalar los lugares de entierro de santos o para guardar sus reliquias. También sería posible que hubieran sido usados como altares o tal vez para ambas cosas.
Plano del monasterio. The Archaeology of Early Medieval Ireland by Nancy Edwards
Posible reconstrucción del oratorio. Por Grellan Rourke
Posible reconstrucción del oratorio. Por Grellan Rourke
Los clocháns del monasterio fueron construidos en al menos dos fases. El primer núcleo está compuesto por cuatro clocháns circulares en su planta exterior pero cuadrangulares internamente. Posteriormente se construyeron otros dos, que además podían haber estado cubiertos por un manto de césped para mejorar su aislamiento térmico.
Los monjes también construyeron una serie de peldaños y tramos de escaleras, para subir al monasterio se dice que hay que subir 600, que partían de los tres puntos de desembarco, lo cual y debido a la pendiente del terreno fue toda una proeza. Más alta que el monasterio, en el pico sur, se encontraba una ermita que se agarraba a los salientes de la roca para no caerse. Al no existir una superficie llana donde construir, esta se tuvo que crear construyendo muros en el borde los salientes naturales. Como en la construcción del resto de terrazas, manipular piedras pesadas al borde de un precipicio era una tarea arriesgada y habría requerido del uso de sogas para asegurar a los monjes mientras las construían.
El pico sur cuenta también con tres terrazas, una de ellas con una pequeña iglesia, una cruz de piedra y otro leacht. La inferior de todas ellas es conocida como la “del jardín” y hubiera sido desde luego el mejor sitio de este pico para esa función. Eran tres trozos de tierra nivelados gracias a muros de contención, ninguno de ellos muy grande. La del jardín tenía una longitud de 13 metros de largo por una anchura que iba de entre los 2 a los 4 metros.
Las condiciones de vida en Skellig debieron ser siempre muy difíciles hasta el punto de que algunos historiadores sostienen que los monjes abandonaban el lugar en invierno. El acceso debió de ser también un problema y la comunidad podría haber permanecido aislada durante largos periodos, incluso en verano. La dieta de los monjes, adaptada al entorno, habría estado compuesta de pescado, huevos y aves marinas. Según algunos historiadores los monjes llevaron vacas y ovejas a la isla, aunque estas acabaron cayendo por sus laderas. En cualquier caso, es probable que los monjes intentaron complementar su dieta con verduras mediante el cultivo de la terraza “del jardín”. El resto de alimentos, tales como el trigo, les tenía que ser traído desde tierra firme, aunque se desconoce hasta qué punto los monjes eran dependientes del suministro externo de provisiones.
Por si el duro entorno no fuera suficiente, los monjes de la isla fueron visitados por los vikingos. El primer saqueo del que se tiene constancia es del año 824, durante el cual los vikingos se llevaron consigo al abad Etgal, que, según se cuenta en el “Annals of Inisfallen”, acabó muriendo de hambre. Era una creencia habitual entre los vikingos que todos los monasterios poseían valiosos objetos de oro y plana, o hombres importantes, como el abad, por los que se podía obtener un buen rescate.
Los vikingos repetirían, al menos, la visita en el 850. Los monjes del monasterio tenían motivos para temerlos, los accesos al monasterio no eran fáciles de defender. El monasterio, de hecho, era accesible a través de tres tramos de escaleras diferentes situados en los diferentes lados de la isla, que aparte de su inclinación, no ofrecían ningún otro obstáculo. Sin embargo, la situación era muy diferente en el pico sur, su único acceso era un pasaje obscuro, una chimenea estrecha y fácil de defender, el “Needle’s Eye”, en el que un único monje arrojando piedras podía detener el ascenso de los saqueadores.
La ermita situada en el pico sur, y que además era invisible desde los niveles inferiores de la isla, habría podido constituir así un refugio seguro durante períodos de tiempo cortos, siempre y cuando lo monjes hubieran tenido suficiente tiempo para prepararse y esconder sus tesoros. Como en otros monasterios costeros irlandeses la protección más efectiva la ofrecía el mar y sus tormentas, como cuenta un poema irlandés del siglo IX: “El viento es violento esta noche – agitando el rizado blanco océano. – No tengo que temer que los fieros vikingos – crucen el Mar de Irlanda.”.
En el siglo XIII, las ya duras condiciones de vida de las islas atlánticas de Irlanda empeoraron de tal manera que muy probablemente pasar todo el año en Skellig Michael, entonces sí, se convirtió del todo en imposible. Un deterioro general de clima producido por un desplazamiento hacia el sur del vórtice circumpolar, había comenzado en torno al 1200 y trajo como resultado una expansión del casquete polar. Un tiempo más frío y unas tormentas marinas más frecuentes y severas parece que podían haber obligado a los monjes a abandonar el lugar y mudarse a tierra firme, al monasterio agustino de la bahía de Ballinskelligs, en el Condado de Kerry.
Skellig Michael views. HighTower3
Skllig Michael Stairway by kcmac
Existen también otras razones históricas para que el monasterio dejara de ser ocupado permanentemente. Por un lado la búsqueda del “desierto marino”, llevó a los imitadores de los primeros ascetas a fundar monasterios en sitios cada vez más alejados de Irlanda. Los monjes irlandeses fundaron monasterios en las islas de la vecina Escocia, Inglaterra, las Feroe o incluso Islandia. El ideal monástico de ir al exilio por el amor a Dios prendió entre la iglesia irlandesa. Al mismo tiempo, se empezaron a implantar en Irlanda nuevas órdenes monacales provenientes de Europa que nada tenían que ver con la tradición de las islas monásticas. La gran época de las colonias eremíticas de Irlanda tocaba a su fin.
A partir del siglo XVI la peregrinación a Skellig se convirtió en habitual, y la isla atraía numerosos penitentes que acudían de toda Irlanda y Europa para buscar la reparación por sus pecados. Por si lo remoto del monasterio no fuera suficiente, los peregrinos ascendían aún más alto, hasta los 218 metros del pico sur. En este pico, conocido como el “nido del águila” había una losa de piedra (desaparecida en torno al 1977) que tenía que ser besada como culminación de la peregrinación. Muchos sólo se atrevían a llegar a la losa gateando y aún así los fuertes vientos y la altura lo convertían en todo un desafío a la muerte. Además la cresta del pico, que es conocida como “the spit”, es de unos 3 metros de longitud y su anchura es variable, siendo en su punto más estrecha de tan sólo 20 centímetros.
Durante este tiempo, los monjes del vecino monasterio de Ballinskelligs, seguían cuidando y usando el monasterio, aunque sólo de manera intermitente, tal vez como retiro estival. El Skellig Michael permanecería en mano de los monjes de Ballinskelligs hasta el 1578, cuando la reina Elizabeth I disolvió algunos monasterios y la isla pasó a manos privadas, en las que permaneció hasta que en 1820 fue comprada por una corporación del puerto de Dublín con objeto de construir dos faros en ella. De este manera la isla volvió a estar habitada de manera permanente, esta vez por turnos de guardafaros.
Video de la BBC sobre la roca, ver video en youtube.com
En la actualidad el segundo faro aún sigue operativo, aunque fue reconstruido en los 60 y automatizado en los 80. En 1986 se llevaron a cabo una serie de trabajos de restauración de los restos del monasterio y sus terrazas, y se estableció una oficina de turismo para promocionar la isla. Sin embargo, recientemente se han establecido restricciones al acceso de turistas, al constatar que este estaba dañando los restos arqueológicos, en especial las piedras de las antiguas escaleras. El monasterio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.
posts relacionados:
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- El faro de Bell Rock, una maravilla en medio del mar
+info:
- The Forgotten Hermitage of Skellig Michael by Walter Horn et al. University of California Press
- The Archaeology of Early Medieval Ireland by Nancy Edwards in googlebooks
- Skellig Michael in Diocese of Kerry
- To Skellig Michael, Monastery in the Sky by Daniel Taylor in ChristianityToday.com
- Skellig Michael in en.wikipedia.org
21 comentarios:
Siguiendo tu blog no dejo de descubrir lugares increíbles :) Desde luego, si existe algún lugar donde puedas escuchar la voz de "algo", esa isla es uno de los candidatos más prometedores
Sin negar la belleza del lugar, su emplazamiento poco común y las reacciones que en sus moradores pudiera dar, hay que señalar que vivir allí era más cosa de masoquismo que otra cosa ^_^UUU
Sí, que a mí no me importaría vivir allí una temporada (es uno de esos lugares que están muy a mi gusto) pero lo que es una vida monacal y continuada, eso sí que no. Le tengo aprecio a mi vida : P
Buena entrada. A ver qué es lo siguiente que cae ^_^
Fascinante lugar...
Cuando leí que se prohibió el acceso a los turistas, pensé que sería porque alguno se habría despeñado, pero ya veo que fue por lo de siempre... Porque somos una plaga que devastamos todo allá donde vayamos...
Un saludo
Padawan, me alegro que el lugar te haya resultado increíble. Cuando lo descubrí a mí también me lo pareció y a medida que iba leyendo más sobre él, pues aún más.
Estoy de acuerdo que para aislarse del mundo y reflexionar debe ser ideal.
Jeshua, supongo que era cuestión de fe. Pensar como debía ser la vida allí, en lo alto del peñasco los días de frío y lluvia, y además sin ningún tipo de comodidad moderna. Yo también pasaría una temporada, pero con alguna comodidad, eso sí ;-)
Iñaki, bienvenido, un placer verte por aquí.
Es lo que tiene el turismo, si una cosa vale la pena, la gente acudimos en manada y muchas veces sin quererlo estamos colaborando con su destrucción.
Sin contar que hay sitios, como esta isla, que llenos de gente deben perder mucho. Si los monjes levantaran la cabeza ;-) Lo a gustito y tranquilos que debían estar allí los 12 solos ;-)
Hay tantos sitios así, aunque en algunos casos el turismo también ayuda a mantenerlos.
Saludos a todos!
Magnífica entrada y fascinante la isla.
Impresionante lugar que tu nos has enseñado, nos has acercado y descubierto. Gracias por el viaje.
Salu2
Muchas gracias eLzO y bienvenido Logio!
Una cosa que se me pasó ayer, Iñaki, sobre los posibles turistas despeñados, es que cuando construyeron los faros en la isla, hicieron una carretera para facilitar los accesos a golpe de barreno en los acantilados.
Podéis ver la carretera aquí On the lighthouse road. Una página que tiene magníficas fotos y bastante interesante.
Saludos!
Alucinante Bobolo.
Un gran lugar y una gran historia.
Como disfruto de lugares así.
Gracias por este estupendo artículo.
De nada, Josete. Todo un placer!
Un saludo!
Gran artículo Bovolo, como nos tienes acostumbrados.
Un saludo y a seguir así :)
¡Excelente artículo! Muchas gracias por el viaje.
Muchas gracias Guillermo!
Lo mismo para ti Pulpo y además bienvenido. De nada por lo del viaje ;-)
Lo siento amigos, pero parece que este post ha tenido un éxito inusitado entre los spammers de las agencias de viajes online.
Ya llevo dos comments con links a sus webs. Supongo que mejoraran su SEO, pero dan una imagen un poco triste.
Si alguien quiere poner links, que pase por caja :-D
He disfrutado mucho leyendo con todo detenimiento este post (menos mal que es Sábado noche, y he podido permitirme ese lujo, je, jeeeee...). Es super interesante. No comprendo cómo desde el 20 de Abril pasado nadie haya escrito nada más. Impresiona ver lo que algunos hombres han llegado a hacer para poder concentrarse en la oración y en la penitencia.
Como todos esos hombres estarán ya con Dios, se me ha ocurrido encomendarme a partir de ahora a ellos para que intercedan ante Él por nosotros. Su Amor a Dios seguro que fue muy grande.
Bovolo, muchos gracias por indicarme este post, y muchas gracias también por abrirlo.
J. sí un poco largo, pero me alegro que te haya gustado.
Es un lugar impresionante que me gustaría visitar. A ver si un día.
Un saludo, J.!
Otra muy buena entrada. Me sigue apreciendo muy enferma la manera en la que los religiosos eligen que es lo que desearían los dioses. Esta gente se privaba de los elementos "modernos", no mucho habría en el siglo VIII, pero no dejaban de utilizar toros tipos de elementos como las técnicas de construcción tanto para las casas como para la construcción de emplazamientos en una isla como esa.
Lo cual me recordoó a los Amish que solo utilizan elementos qeu aparecen en la biblia, con esto en mente, ¿lo hacen con elementos del viejo o del nuevo testamento?, sabría alguno decirme, porque creó que varió bastante la "tecnología y elementos en 3000 años (supongo que del nuevo por lo que he visto de sus comunidades).
Saludos y felicitaciones nuevamente.
Muy interesante, no conocía el sitio y la verdad que es merecedor de conocerse.
Salvando las distancias, me ha recordado mucho a los Monasterios de Meteora en Grecia (sitio al que llevo con ganas de ir varios años) y, digo salvando las distancias, porque nada tienen que ver las construcciones, pero si la forma de aislarse.
No estaría nada mal que dedicases un artículo a los Monasterios de Meteora.
Saludos
Tripiyon
Tripiyon, pues llevas mucha razón con lo de la coincidencia. De hecho, una de las fuentes citaba a Meteora, aunque decía que era posterior a Skellig Michael.
Pues, precisamente, este verano estuve yo por Meteora. Me encantó!!! A mí y a todos los que fuimos.
El entorno es espectacular y los monasterios son increíbles. El interior es precioso, con unas pinturas muy bonitas y muy bien conservadas.
Te lo recomiendo 100x100. Está un poco retirado de Atenas, pero se puede aprovechar haciendo ruta por Delfos y por el monasterio de Osios Loukas.
Pero creo que merece la pena. Uno de los sitios que más me gustó de Grecia.
Eso sí, fuimos en setiembre y temprano, pero luego se empezaron a formar unas colas.
Un saludo!
PS: aprovecho la ocasión para recomendar el hotel Dellas en Kalampaka. Aunque suene a tópico, super-agradable el personal. Nos dejaron una guía en castellano, nos dieron unos mapas, nos aconsejaron que ver, nos regalaron un souvenir.
Que conste que no llevo comisión ;-)
Y no recomiendo un resturante de gyros que fuimos, porque no recuerdo el nombre :D
Es que me he entusiasmado cuando has mencionado Meteroa ;-)
Tripiyon, si vas... avísame, te haré alguna otra recomendación ;-)
Tendré en cuenta tu oferta.
Estamos ahora mismo dándole vueltas a ver que viaje hacemos este año y puede entrar dentro de las posibilidades. Además solemos ir siempre por las fechas que dices que estuviste.
Saludos
Tripiyon
No te preocupes, repeticiones borradas ;-)
A mí, que siento debilidad por el tema bizantino, me encantó muchas de las ruinas e iglesias que había de de esa época ;-)
Las ruinas clásicas también me gustaron, aparte de la Acrópolis, Delfos (entorno+ruinas) también.
Luego fuimos a las islas: Santorini y Mykonos. Va a gustos, y son chulas, pero viniendo de España, acostumbrado a la costa mediterránea, pues es casi lo que menos nos llamó la atención.
La comida también nos gustó y la retsina ;-)
Camareros y la gente , en general, muy amable. Aunque, bueno, supongo que otra gente puede decir lo contrario.
Todo más barato que aquí, restaurantes y bares.
Septiembre, puede ser buena época, nos llovió algo, aunque supongo que eso irá años, pero en agosto aquello puede ser el infierno :-S
Lo peor, sin duda, el estilo de conducción. Coches circulando por el arcén, para que otros adelantaran por la carretera. En el fondo, dentro del caos había un orden, supongo. Las carreteras tampoco eran muy buenas en según que sitios.
Un saludo y lo dicho!
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