La aparición del telégrafo óptico a principios del siglo XIX supuso una revolución en la velocidad de transmisión de la información. Se pasó de los dos o tres días que podía tardar un jinete a caballo en llevar un mensaje de Irún a Madrid a tan sólo seis horas con el nuevo medio. Inventada en Francia fue adoptada en toda Europa convirtiéndose en un medio de comunicación estratégico en los numerosos conflictos de la época.
El principio de funcionamiento del telégrafo óptico es muy sencillo y ya era usado en tiempos de los antiguos griegos que usaban sistemas similares como los telégrafos hidráulicos, antorchas o las más conocidas señales de humo de los amerindios. La idea es que el emisor transmita un mensaje mediante señales visuales que sean visibles desde la posición del receptor.
Este concepto si se extiende en forma de red permite que un mensaje no sólo viaje la máxima distancia a la que una señal es visible entre un emisor y un receptor, sino que con diferentes estaciones repetidoras intermedias puede llegar a viajar distancias mucho mayores.
Los primeros diseños modernos de un sistema así datan del año 1684, cuando el científico inglés Robert Hooke, presentó ante la Royal Society un sistema de telegrafía óptico aunque con escasa acogida.
Sin embargo, se tendría que esperar hasta el año 1792, cuando el ingeniero francés Claude Chappe y sus hermanos consiguieron construir en Francia una red de 556 torres que en total sumaban unos 4,800 kilómetros. La construcción de una red así no se habría podido llevar a cabo sin los grandes avances científicos y técnicos que se habían producido en los años anteriores. Avances especialmente significativos en el campo de la óptica que permitían construir lentes con una mayor capacidad de aumento y permitía que emisor y receptor de una señal visual pudieran estar a una mayor distancia lo cual reducía el número de estaciones necesarias en una red telegráfica.
Uno de los factores que agilizó la implantación del sistema en Francia fue su situación política durante el período de 1790 a 1795. En estos años la Revolución Francesa estaba en pleno apogeo, y además el país se encontraba rodeado de países hostiles. En este entorno el gobierno necesitaba un medio rápido y fiable para transmitir órdenes y mantener el control del país.
De esta manera los hermanos Chappe decidieron ponerse manos a la obra durante el verano del 1790 e intentar diseñar un sistema que permitiera al gobierno central recibir noticias de las provincias y transmitir órdenes en el menor tiempo posible.
Fue el 2 de Marzo del 1791 a las 11 AM, cuando se realizó la primera transmisión. Chappe envió a su hermano un mensaje desde Burlon a Parce, una distancia de 16km. El experimento fue todo un éxito. Para esta primera prueba se optó por la utilización de una combinación de paneles, relojes y telescopios. Aunque aún tendrían que refinar el sistema el experimento demostró la viabilidad del sistema.
Los hermanos Chappe dedicarían los siguientes dos años estudiar las diferentes alternativas. Una de las primeras propuestas fue el telégrafo de paneles, que consistía en cinco paneles que se podían mostrar u ocultar mediante poleas, formando así un código binario de 5 bits (32 señales en total). Sin embargo esta idea fue finalmente abandonada ya que los experimentos llevados a cabo demostraron que resultaba más fácil ver el ángulo entre dos formas que la presencia o no de un panel. De esta manera se decidieron por un telégrafo que no usaba paneles sino una barra alargada de madera, llamada regulador que tenía dos “brazos” giratorios, llamados indicadores, en sus extremos.
Tanto el regulador como los indicadores podían moverse en intervalos de 45 grados. De esta manera cada uno de los dos brazos que podía adoptar hasta 8 posiciones distintas si bien sólo se utilizaban 7, pues era difícil distinguir cuando uno de los brazos se colocaba en posición detrás del regulador. Por otro lado de las 8 orientaciones que podía adoptar el regulador sólo se podían distinguir 4, pues 4 eran simétricas respecto a las otras 4. Con estas restricciones el sistema permitía la transmisión de 196 símbolos (7x7x4). Aunque si las posiciones del regulador se restringían a horizontal y vertical el número de símbolos se reducía a 98.
Para acelerar la transmisión y ofrecer una cierta seguridad se desarrolló un libro de códigos para estos símbolos. Los primeros 94 se usaban para codificar el alfabeto, los números y las silabas más usadas. Para los demás se transmitían dos señales, la primera codificaba un número de página del libro de códigos y la segunda un número de línea dentro de esa página, en total el libro de códigos tenía 94 páginas de 94 líneas cada una, por lo que contenía 8930 palabras y frases.
Una vez concluido el diseño, en 1792 Claude fue nombrado Ingeniero Telegrafista y asignado la misión de construir una línea entre Paris y Lille, una distancia de 230 kilómetros y 22 torres. La línea sería usada con éxito para transmitir las noticias de la guerra entre Francia y Austria. En 1794, transmitió la noticia de la captura de Conde-sur-l’Escaut por parte de la austriacos en menos de una hora. El primer símbolo de un mensaje hacia Lille, podía ser transmitido a través de 15 estaciones en sólo 9 minutos, aunque estos tiempos variaban en función de la meteorología y la visibilidad.
Las noticias del éxito de la transmisión llegaron a otros países, que de inmediato se pusieron manos a la obra para construir sus propias redes. El segundo en hacerlo fue Suecia, casi a la par que Hungría. España, el Reino Unido y Alemania tampoco tardan en dotarse de este sistema. En Reino Unido y Suecia se optó por un sistema de paneles muy similar a los prototipos iniciales de los hermanos Chappe pero diferente del sistema de brazos articulados.
En España es durante el 1799 cuando se presentan ante Carlos IV varias propuestas de telégrafo. El ingeniero tinerfeño Agustín de Betancourt fue el encargado de estudiar todas ellas, considerándolas todas muy complejas y propensas a fallos, por lo que decide realizar su propia propuesta.
Betancourt conocedor de las limitaciones y problemas de los sistemas francés e inglés realizó una propuesta que superaría en velocidad, seguridad, fiabilidad y facilidad de lectura y manejo a la de Claude Chappe. El diseño de Betancourt fue considerado por muchos expertos de la época incluida la Academia de Ciencias Francesa, mejor que el de los hermanos Chappe.
La primera línea que se aprobó en España era la Madrid-Cádiz, compuesta por unas entre 60 y 70 estaciones. Sin embargo la crisis económica sólo permitió completar el tramo Madrid-Aranjuez. Lo mismo ocurriría con las demás líneas proyectadas en España durante los comienzos del siglo XIX, de las cuales sólo se acabaría construyendo tramos cortos.
El funcionamiento de la red comenzaba en la estación desde la que se emitía el mensaje. Se colocaba el telégrafo en una posición de alerta. Cuando la estación siguiente avistaba esta señal, colocaba su telégrafo en posición de preparado y el primer telégrafo sabía que podía comenzar a transmitir. Una vez se comenzaba a transmitir, cada símbolo debía estar unos 20 segundos como mínimo en la posición para que la siguiente estación lo leyese correctamente y colocase su telégrafo en la misma posición, lo cual indicaba a la estación precedente que podía transmitir el siguiente símbolo del mensaje.
Por lo que respecta a Francia, la segunda línea en ser construida sería la que uniría París con Estrasburgo mediante un total de 50 estaciones. En este tiempo los hermanos Chappe intentaron que la telegrafía óptica fuera usada no sólo para fines militares sino también para usos comerciales aunque con escaso éxito. En el campo militar había sido todo un éxito hasta el punto que Napoleón llevaba consigo una estación portátil. Lo cual le permitía coordinar sus fuerzas a distancias más largas que ningún otro ejército de su tiempo.
El sistema era caro de mantener y de gestionar, una de las mayores fuentes de gasto eran los sueldos de los operadores que tenían que ser gente disciplinada y muy bien entrenada. Pese a ello su vida era dura, cada dotación telegráfica se componía de tres o cuatro personas. Durante su jornada laboral, que se extendía de sol a sol, mientras hubiese luz suficiente, los torreros debían mirar regularmente a las torres anterior y posterior de la línea para comprobar si alguna de ellas se encontraba en posición de atención.
Los torreros se limitaban a repetir los símbolos desconociendo la naturaleza del mensaje en sí. Por ejemplo en España, los mensajes se enviaban cifrados según un código existente en el libro de códigos, que estaba en posesión del Comandante de Línea, que era el único autorizado para la codificación y decodificación.
Uno de los mayores problemas que presentaba el telégrafo óptico era que el símbolo era plano, por lo tenía que ser leído de frente. Ya que visto desde un lateral no presentaba información alguna. Esto obligaba a trazados rectilíneos y hacía que dar una curva fuese realmente difícil. Justamente el sistema ideado por Betancourt era junto al del también español Marthé el que permitía un mayor ángulo de visión (unos 45 grados).
Pese a estos problemas la mayor limitación del sistema era que no se podía utilizar de noche o en condiciones meteorológicas adversas como niebla o lluvia intensa. Se hicieron experimentos con faroles aunque sin resultados satisfactorios.
El telégrafo óptico fue cayendo en desuso al ser superado por el telégrafo eléctrico. Basta una simple comparación para constatar su inferioridad. Así para una línea de unos 120km, el óptico necesitaba: 15 torres, 15 operadores y permitiría enviar mensajes únicamente durante unas 10 horas al día. Durante estas 10 horas podría enviar unas dos palabras por minuto. Con estos números el coste por palabra y milla sería de unos 0.0114 dólares. Mientras que si la línea fuera eléctrica, sólo serían necesarios 6 operadores, la línea funcionaría las 24 horas del día, y podría enviar 15 palabras por minuto. Estos números reducirían los costes a 0.00038 dólares por palabra.
La única ventaja de la telegrafía óptica sería que no necesitaría de la colocación de cables, lo cual aparte de ser un coste también suponía una vulnerabilidad del sistema frente a sabotajes y ataques, como ya señalaron algunos críticos de la época.
Pero fue paradójicamente en los años anteriores al ocaso de la telegrafía óptica cuando esta recibió el impulso definitivo en España. Pese a que ya se conocía la telegrafía eléctrica y se experimentaba en Europa desde hacía 4 años. Fue en el 1844 cuando se estableció el trazado de telegrafía óptica en España, siendo el Coronel José María Marthé uno de los máximos responsables del proyecto.
El proyecto pretendía unir Madrid con todas las capitales de provincia de la península. Para reducir los costes se tomaron una serie de medidas, como que las torres estuvieran cerca de caminos o pueblos para facilitar su avituallamiento o reutilizar estructuras ya existentes como torres y atalayas. Para los casos que se tuvieran que construir torres nuevas, se optó por un único modelo para todas ellas que se asemejaba al de una fortaleza, de manera que en caso de guerra fuera lo más difícil posible para el enemigo interrumpir las comunicaciones.
La construcción del proyecto quedó inconclusa y finalmente sólo se construyeron tres de las líneas, Madrid-Irún, Madrid-Cádiz y la línea Madrid-La Junquera. Sin embargo estas líneas estuvieron poco tiempo en uso, por ejemplo la Madrid-Irún dejó de funcionar en 1855 justamente un año después que quedara completada su equivalente eléctrica. La misma suerte corrió la Madrid-Cádiz en 1857. Las últimas estaciones que dejaron de funcionar fueron las catalanas, que siguieron en uso hasta finales del siglo XIX.
En la actualidad en España el único resto material que queda de la telegrafía óptica son algunas torres en ruinas, mención especial merece la de Adanero, torre número 11 de la línea Madrid-Irún que fue restaurada en 2002 por movistar. Sin embargo queda un gran rastro en la toponimia peninsular donde encontramos numerosos cerros y montes que se llaman “del telégrafo”.
En Francia el país inventor de la telegrafía óptica resistiría hasta el 1846 cuando el gobierno se decidió por la eléctrica, pese a las preocupaciones de muchos contemporáneos ante la facilidad de interrumpir su servicio simplemente cortando un cable.
PS(i): Recomendaros la página sobre la telegrafía óptica en la que colabora un lector de este blog que me ha llegado vía comentario. En especial la sección dedicada al Telégrafo de Marthé con muchas fotos de torres en España.
PS(ii): El telégrafo óptico aparece en El conde de Montecristo, donde el conde soborna a un operador para que envíe un mensaje falso.
*foto 1: El telégrafo de Chappe en funcionamiento
*foto 2: Interioridades del telégrafo de Chappe
*foto 3: El telégrafo de Marthé
*foto 4: Telégrafo restaurado de la torre de Adanero
*foto 5: Panorámica de la torre óptica de Arévalo
posts relacionados:
- La voz rescatada del hollín
- El sueño que revolucionó la fabricación de perdigones
- El ajedrecista turco, la primera máquina que derrotó al hombre
- Tren atmosférico
+info:
- Telégrafo óptico en es.wikipedia.org
- Semaphore line in en.wikipedia.org
- El telégrafo óptico en España 1800-1850 por Luis Enrique Otero Carvajal
- Napoleon’s Secret Weapon por Randy H. Katz
vídeos:
- Original semaphore en youtube en el que se puede ver en funcionamiento una torre del telégrafo de Chappe (descubierto en el wiki de telegrafía óptica)
Una maravilla de post.
ResponderEliminarMuchas gracias juan!
ResponderEliminarUn placer que te haya gustado.
Este verano he estado en Nanclares de la Oca, un pueblo a 10Km de Vitoria.
ResponderEliminarEn el entorno del pueblo había 3 torres dedicadas a este uso que se construyeron durante las guerras carlistas.
Te dejo un enlace a la web del ayuntamiento que la verdad, dice bien poco:
http://www.cuadrilladeanana.es/iruna/nanclares.php#vayaguen
Y aqui el enlace a una de nuestras fotos:
http://img518.imageshack.us/img518/1394/torrecx6.jpg
Se me olvidaba.
ResponderEliminarSupongo que estas torres pertenecerían a la línea Madrid-Irún.
salu2
Muchas gracias por la info y por la foto, un trocito del pasado que aún sigue en pie.
ResponderEliminarPor si te interesa en la web que enlazo al final del artículo El telégrafo óptico en España 1800-1850 hay una ilustración con más dibujos de torres de esa línea, del tramo Miranda de Ebro-Vitoria.
Un saludo!
En la dehesa de la villa, en madrid, hay una torre que según he oido a la gente del barrio era parte de esta red de telegrafía óptica. Si lo visitáis veréis las condiciones tan óptimas que tiene el lugar, con una muy buena visibilidad de la sierra norte.
ResponderEliminarComo la de Adanero, se ha reutilizado para colocar antenas de móviles, que por cierto originó una buena polémica.
PD, he estudiado en la escuela de teleco que está a medio kilómetro de dicha torre y me tengo que enterar por los vecinos... qué educación !
Una pregunta yoyoooyoy, la torre de Adanero la restauraron o pusieron antenas de móviles encima?? :-S
ResponderEliminarYo hasta que descubrí este tema, era del todo desconocido para mí, jamás había oído hablar de él.
Alguna vez he visto alguna torre en ruinas que no sabía muy bien para que servía, ahora pienso que tal vez podría ser una de estas torres.
Un saludo!
Exelente post, fue un verdedero placer leerlo.
ResponderEliminarMe alegro que te hay gustado green, un saludo!
ResponderEliminarBovolo, en la torre de Adanero se instaló un telégrafo óptico, y últimamente se han rehabilitado las torres de Campillo y Moralzarzal.
ResponderEliminarSi te sigue interesando el tema, puedo decirte que existe un wiki (Telegrafía Óptica) en el que intentamos recopilar toda la información sobre dichas torres y al que estais invitados a colaborar.
Un saludo
muxfin felicidades por vuestro wikispace!
ResponderEliminarHe puesto un link en el artículo a él. Muy interesante vuestra colección de fotos. Además he hecho un hallazgo interesante, la torre del túnel del ferrocarril de Montgat (cerca de Barcelona) la cantidad de veces que he pasado por ahí ;-)
Un saludo!
Si este no es el mejor blog que he leido en mi vida ya no sé cual lo será, compañero.
ResponderEliminarMuchas gracias Leon1Rey, aunque creo que te excedes jajajaja!
ResponderEliminarSólo intentamos hacerlo lo mejor que podemos, pero comentarios como el tuyo más que animan.
Un placer que te haya gustado el post, saludos!