Contemplar Nahalal a vista de pájaro resulta espectacular, su distribución en círculos sorprende y recuerda un enorme sol. Desde el centro ocupado por los edificios comunales se extienden en círculos concéntricos las casas, las granjas y finalmente los campos. Esta distribución fue escogida no sólo porque fuera la más práctica sino porque también era la más igualitaria.
Nahalal, situado en el actual Israel, era un ciudad bíblica de la tribu de Zabulón que bajo el dominio romano recibiría el nombre de Mahalul y florecería como centro comercial, su peso económico se mantendría bajo el dominio bizantino. Con el tiempo el nombre evolucionaría a Ma’alul el nombre del pueblo árabe que se establecería durante el periodo otomano.
La historia del moderno moshav comenzaría en 1921. Sus fundadores habían emigrado a Palestina desde Europa del Este durante lo que se conoció como Segunda y Tercera Aliyá entre 1904 y 1914. Después de trabajar en granjas cooperativas durante una década, estos colonos habían adquirido la experiencia necesaria como agricultores, pero no estaban satisfechos con los modelos de vida comunitaria que habían encontrado, por lo que decidieron organizar el nuevo asentamiento según un nuevo modelo que sería conocido como moshav.
Los moshav al igual que, los más conocidos kibutz, pondrían el énfasis en el trabajo comunitario, sin embargo los moshav mantendrían la familia como elemento básico de organización social. En un kibutz la tierra es toda comunitaria, mientras que en un moshav se divide en granjas que aunque son todas del mismo tamaño se gestionan de manera individual. Mediante un impuesto especial, que es igual para todos los granjeros, se sufragan los gastos comunitarios.
Cada granjero recoge su propia cosecha pero es el moshav quien se encarga de comercializarla junto a la de las demás granjas. También se encarga de comprar los suministros para todas las granjas en conjunto. De esta manera se evita la competición de precios entre los granjeros de un mismo moshav y la explotación de estos por parte de los mayoristas y proveedores externos. Otro aspecto positivo, es que al quedar los granjeros liberados de estas tareas pueden centrar todos sus esfuerzos en la granja y ser más productivos.
Aunque las cosechas se venden de manera conjunta cada granjero recibe la parte que le corresponde por la producción que aporta. Este sistema permite que los granjeros que sean más productivos obtengan más beneficios y por tanto puedan vivir mejor que los que no son tan buenos. En los kibutz la situación es muy distinta ya que, al menos teóricamente, todos los miembros disfrutan del mismo nivel de vida, puesto que los beneficios y salarios se reparten de manera igualitaria entre todos sus miembros.
Los moshav no serían tan revolucionarios en lo social como los kibutz, aparte de cómo hemos dicho organizarse en torno la familia, huyeron de los experimentos sociales llevados a cabo en los donde los niños eran criados y educados de manera comunal apartados de sus padres, hasta el punto que estos pasaban sólo un par de horas con sus hijos. En un moshav las vidas personales eran totalmente privadas.
Debido a estas diferencias sociales, los moshav fueron más aceptados por los inmigrantes judíos mizrajíes (provenientes del Oriente Medio y norte de África) y el movimiento kibutz fue básicamente una institución de los askenazíes (provenientes de Europa Central y Oriental).
Es un tanto paradójico que los moshav pese a ser más numerosos y populares que los kibutz resulten menos conocidos. Una razón que puede explicar este hecho es que nunca gozaron del mismo prestigio que los kibutz, que llegaron a tener un cierto status de élite.
El moshav del que hablamos, Nahalal, se estableció en tierras cedidas por el Jewish National Fund. En un principio se asentaron en una colina próxima a Ma’alul. En aquel entonces la zona que se convertiría en el emplazamiento definitivo se encontraba en un estado desolador. Los manantiales y riachuelos no encontraban un punto para desaguar sus aguas por lo que estas creaban ciénagas y charcos, lo que convertía las tierras en una zona de incubación del mosquito Anofeles, el portador de la malaria.
Así que antes de fundar el definitivo Nahalal los colonos ayudados por trabajadores judíos tuvieron que trabajar duro para desecar la tierra y convertir en fértiles las tierras salvajes. Este grupo de colonos tendría más suerte que los dos anteriores, que lo habían intentado antes sin éxito, y consiguieron convertir en habitable el paraje.
Una vez el terreno ya estaba listo se procedió a su reparto y urbanización. La distribución escogida fue ideada por el arquitecto Richard Kauffman y se convirtió en el modelo para muchos moshav que se establecieron con posterioridad hasta el 1948. La organización en círculos concéntricos por un lado suponía una buena solución a las necesidades de seguridad, eficiencia y planificación. Pero también mostraba un compromiso con los valores igualitarios, pues no había diferencias entre unas casas y otras, todas se encontraban a la misma distancia del centro y por tanto de los servicios.
Una carretera circular rodea el centro que es donde se encuentran los edificios públicos tales como escuelas, guarderías, edificios culturales, administrativos, economatos, almacenes o sinagoga. En este centro también se encuentran la piscina o la biblioteca así como tiendas o pequeñas factorías de procesado de alimentos.
Las casas de los habitantes que no se dedicaban a tareas del campo están situadas en el primer círculo que rodeaba el centro, estos habitantes son “servidores públicos” ya sea en activo o retirados. Las granjas ocupan el siguiente círculo y en el exterior están los jardines y campos. Círculos que a medida que se alejan del centro se hacen cada vez más amplios, divididos en un total de 80 partes iguales, 75 para los miembros del moshav y 5 para la escuela de agricultura.
Situadas a la entrada de cada una de estas 75 granjas se encuentra la casa de cada una de las familias, detrás de la cual se encuentran los edificios de la granja y las tierras de cultivo.
Nahalal como el resto de los moshav y kibutz empezó a apartarse de sus ideales colectivistas a partir de los 70. En el caso de muchos kibutz sus habitantes empezaron a tener unas vidas más privadas y, por ejemplo, los hijos volvieron a ser criados en la familia. También en esta década se empezó a depender cada vez más del trabajo de empleados de fuera del moshav, muchos de ellos árabes.
Los principios de la década de los 80 fueron duros para muchos moshav, que pasaron por dificultades económicas, propiciadas por la hiperinflación que sufrió Israel y el problema que suponía absorber todos los hijos que pretendían permanecer en la comunidad. La vida en los moshav seguiría evolucionando y a finales de los 80 cada vez más residentes tenían empleos en otros sectores diferentes al de la agricultura, fuera de sus comunidades, alejándose del ideal de auto-empleo. Por lo que en cierta manera los moshav se empezaban a parecer a pueblos dormitorio en los cuales los habitantes tenían que desplazarse para trabajar cada día.
En la actualidad Nahalal cuenta con 730 residentes, de los cuales 350 son granjeros y 165 se dedican a otras actividades. Desde 1991 algunos de los aspectos de cooperativa se han ido perdiendo. Ya no existen ni responsabilidades ni garantías mutuas entre los miembros de la comunidad. Ahora cada miembro debe obtener crédito en solitario y bajo su única responsabilidad. Los miembros son también los únicos responsables de las finanzas de sus granjas y de mantener a sus familias. La cooperativa ya tampoco se encarga de comercializar los productos de manera conjunta, sino que cada granjero se encarga por separado.
*foto 1: Vista aérea de Nahalal
*foto 2: Llegada de los primeros colonos el 11 de Septiembre del 1921
*foto 3: Plaza central de Nahalal en la década del 1930
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+info:
- Nahalal, the first Moshav Ha’Ovdim Settlement in Israel in nahalal.org
- Nahalal in en.wikipedia.org
- Moshav in en.wikipedia.org
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lunes, 29 de septiembre de 2008
Nahalal, un pueblo en círculos
lunes, 22 de septiembre de 2008
La secta de los Asesinos
Los Hashshashin fueron una secta disidente de los Ismaelitas nacida en torno al siglo XI en el actual Irán. Llegaron a asesinar líderes enemigos muy protegidos lo cual creó la leyenda de que nadie podía escapárseles. Su modo de operar era casi siempre el mismo, asesinaban a su víctima en público en presencia de mucha gente y además desde una corta distancia. Este modus operandi implicaba la muerte segura del asesino pero no importaba el paraíso le estaba esperando y la propaganda garantizada.
Aunque la secta era conocida desde el siglo VIII, la fundación de los Asesinos se acostumbra a fijar en 1090, cuando Hasan-i-Sabbah , estableció su baluarte en la fortaleza Alamut. Hasan había nacido en Irán en torno al 1034, su padre lo había educado en el Chiismo aunque poco a poco se fue alejando de la ortodoxia y acabó abrazando el Ismailismo dentro del cual se llegaría a convertir en un misionero importante que visitaría numerosas ciudades en Persia, Azerbaiyán y Siria, recalando finalmente en El Cairo, donde el Ismailismo era la religión oficial.
Su estancia en esta ciudad está rodeada de misterio y leyenda, pero parece ser que llegó a ocupar un puesto de alta responsabilidad, quizás Jefe de la Inteligencia. Pero cuando estalló un conflicto por la sucesión Fatimita, Hasan escogió el bando perdedor, por lo que tuvo que acabar huyendo. Fue entonces cuando junto con sus seguidores se apoderaró de la Fortaleza de Alamut (Castillo de la Muerte en Persa), un lugar ideal situado en la cima de una montaña 2,100 metros de altura casi inexpugnable.
Hasan viviría recluido en sus aposentos dentro de la Alamut el resto de su vida, 35 años, dedicado a la oración, al ayuno, al estudio y a la propagación de la doctrina Nizarí. A parte de un conocimiento profundo del Corán, también tenía conocimientos en matemáticas, alquimia y astronomía. Llevaba una vida austera e imponía un estricto código de conducta entre sus seguidores. Se dice que ejecutó a su propio hijo por beber vino por lo cual no es de extrañar que otros seguidores fueran ejecutados sólo por tocar la flauta.
Con el tiempo pasarían a controlar más fortalezas en Irán y Siria, siempre situadas en lugares poco accesibles y bien provistos de fuentes de agua y alimentos. Desde estos lugares, los ismailíes extendieron su predicación lo cuál fue visto como una amenaza por la dinastía turca de los selyúcidas, que en aquel tiempo controlaban Irán, por lo que no tardaron en emprender acciones militares contra esta secta, aunque con escaso éxito. Como represalia los Asesinos empezaron con su estrategia de asesinatos selectivos contra los dirigentes políticos y militares selyúcidas.
Esta estrategia de asesinatos políticos había comenzado tiempos antes, como venganza contra los Fatimitas de Egipto y los tradicionales enemigos de los chiitas, los sunitas. Una de sus primeras víctimas había sido el visir Nizam al-Mulk en 1092. Le seguiría en 1094 el califa fatimí Al-Mustansir, cabeza del Ismailismo lo cual provocó un guerra de sucesión entre su hijos Al-Musta’li y Nizar. Los ismaelitas de Irán liderados por Hasan-i-Sabbah apoyaron a Nizar, por lo que a partir de este momento serían también llamados Nizaríes, mientras que la mayoría de los Ismaelitas apoyarían a Al- Musta’li, la ruptura entre ambos grupos fue definitiva, y convirtió a los Nizaríes en un grupo aún más minoritario.
Como asesinos eran meticulosos, especializados en el asesinato de una única persona, sin causar víctimas inocentes. Para sus acciones siempre escogían sitios públicos ante multitud de testigos, la propaganda de la acción estaba asegurada. Como hemos dicho, típicamente el asesinato se llevaba a cabo a corta distancia, usando una daga o similar, jamás usaban veneno u otras armas que hubieran podido ofrecer más posibilidades de escapar vivo al enviado.
Estos asesinatos en los que el asesino se dirigía a una muerte segura hacían crecer las teorías y leyendas sobre las tácticas que empleaban para inducir a los guerreros a cometer sus crímenes. Una de estas leyendas afirmaba que se hacía creer al futuro asesino que estaba a punto de morir, muy probablemente mediante el uso de hachís para luego hacerlo despertar en un jardín rodeado de vírgenes, vino y suntuosos manjares. El guerrero creía que había subido al cielo y que Hasan-i-Sabbah era un representante de Dios, bastaría con seguir sus órdenes para regresar al paraíso, pero esta vez para toda la eternidad.
Otra leyenda que comparte ciertas partes con la anterior, sostendría que los futuros asesinos eran traídos a Alamut con una edad temprana, pasando toda su vida en jardines paradisiacos drogados con hachís, según esta versión Hasan-i-Sabbah también jugaría el papel del emisario divino en la Tierra. Todo seguiría así hasta el día que repentinamente serían sacados de “este paraíso” al que sólo podrían volver si cumplían la misión que Hasan les encomendara.
Existen numerosos casos, aunque tal vez sean más leyenda que realidad, en el que los asesinos antes de actuar avisaban a sus víctimas. Una mañana la víctima despertaba con una daga en su almohada lo cual era una clara indicación que la jamás volvería a estar a salvo, los Asesinos se habían infiltrado en su círculo más cercano, así que sería mejor que dejase lo que fuese lo que había enfrentado con los Asesinos si quería continuar viviendo.
Realmente estas como la mayoría de teorías sobre los Hashshashin no se pueden corroborar con ningún tipo de prueba histórica. La mayoría de estas historias nos han llegado a través de sus enemigos o de Marco Polo, que supuestamente visitó Alamut en 1273, aunque se cree más probable que a él la historia le llegara de forma indirecta a través de los mongoles, ya que para la supuesta fecha de su visita el baluarte ya haría dos décadas que habría caído.
En tiempos de las Cruzadas, tomó el liderazgo de la secta otro líder carismático y misterioso, llamado Rashi ad-Din Sinan, y apodado por los cruzados “Velutus de Montanis” (Viejo de la Montaña). Es legendario su enfrentamiento con Saladino, al que intentó asesinar en al menos dos ocasiones. Saladino como represalia decidió poner cerco a Masyaf, la fortaleza de Rashid. Se dice que una mañana al amanecer Saladino se despertó con la habitual “tarjeta de visita” de los Asesinos, una daga y unos pasteles envenenados sobre su almohada, tras este “susto” Saladino cambió radicalmente de actitud y decidió negociar con los Hashshashin y abandonar el cerco aceptando la autoridad de los Hashshashin sobre sus castillos.
La relación con los cruzados fue un tanto peculiar llegando a ser aliados, aunque nunca muy de fiar, se dice que incluso los Asesinos intentaron negociar su conversión al cristianismo, aunque se desconoce si por convicción o conveniencia. Uno de sus acciones más importantes de esta época fue el asesinato de el Rey de Jerusalén, Conrad of Montferrat en 1192, no se sabe muy bien si por encargo del Ricardo Corazón de León o Saladino. Los asesinatos por encargo de sus “aliados” eran habituales, años más tarde, en el 1214, asesinarían al Patriarca de Jerusalén, se cree que que por encargo de los Caballeros Hospitalarios que querían que pareciera una acción musulmana.
Los Hashshashin fueron hábiles y supieron aprovechar las rencillas entre sus enemigos: Cruzados, Fatimitas y Sunitas, importunando a unos y a otros pero jamás siendo la principal amenaza de nadie. Mientras sus enemigos tuvieran otros enemigos más importantes ellos podrían sobrevivir. Esta estrategia sutil y hábil les permitió sobrevivir casi 200 años, pero un error era inevitable y finalmente llegó durante el siglo XIII, cuando decidieron asesinar a un hijo de Genghis Khan, Jagati, que gobernaba una parte de Persia y que había prohibido algunos rituales Ismaelitas. La represión mongola fue brutal y en 1256 la fortaleza de Alamut fue arrasada perdiéndose su valiosa biblioteca.
Muchos Nizaríes fueron masacrados y los que consiguieron escapar se dispersaron por Asia: India, Afganistán y los Himalayas, lugares donde han sobrevivido discretamente como pequeñas comunidades hasta nuestros días aunque sus prácticas y poder político poco tengan que ver con los tiempos de su época dorada de Alamut.
Una de las aportaciones de los Hashshahin al mundo es el de palabra “asesino” que ha pasado a numerosas lenguas con el significado que tiene para nosotros. Según algunos significaría “seguidores de Hasan” pero para otros “los que toman hachís”.
*foto 1: Ruinas de la fortaleza de Alamut
*foto 2: Hasan-i-Sabbah, fundador de los Asesinos
*foto 3: El Viejo de la Montaña en una representación cristiana medieval
*foto 4: El sitio de Alamut
PS: Aunque ya estábamos detrás de Los Asesinos, muchas gracias a yoyoooyoy autor del blog Lycka Bonita por la sugerencia del tema.
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+info:
- Secta de los Asesinos en es.wikipedia.org
- Hashshashin in en.wikipedia.org
- Secta dels assassins a ca.wikipedia.org
- Fortress of the Assassins in DamnInteresting
- The Secret Doctrines of Assassins in Spiritualis Librae
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miércoles, 17 de septiembre de 2008
La revolución del telégrafo óptico
La aparición del telégrafo óptico a principios del siglo XIX supuso una revolución en la velocidad de transmisión de la información. Se pasó de los dos o tres días que podía tardar un jinete a caballo en llevar un mensaje de Irún a Madrid a tan sólo seis horas con el nuevo medio. Inventada en Francia fue adoptada en toda Europa convirtiéndose en un medio de comunicación estratégico en los numerosos conflictos de la época.
El principio de funcionamiento del telégrafo óptico es muy sencillo y ya era usado en tiempos de los antiguos griegos que usaban sistemas similares como los telégrafos hidráulicos, antorchas o las más conocidas señales de humo de los amerindios. La idea es que el emisor transmita un mensaje mediante señales visuales que sean visibles desde la posición del receptor.
Este concepto si se extiende en forma de red permite que un mensaje no sólo viaje la máxima distancia a la que una señal es visible entre un emisor y un receptor, sino que con diferentes estaciones repetidoras intermedias puede llegar a viajar distancias mucho mayores.
Los primeros diseños modernos de un sistema así datan del año 1684, cuando el científico inglés Robert Hooke, presentó ante la Royal Society un sistema de telegrafía óptico aunque con escasa acogida.
Sin embargo, se tendría que esperar hasta el año 1792, cuando el ingeniero francés Claude Chappe y sus hermanos consiguieron construir en Francia una red de 556 torres que en total sumaban unos 4,800 kilómetros. La construcción de una red así no se habría podido llevar a cabo sin los grandes avances científicos y técnicos que se habían producido en los años anteriores. Avances especialmente significativos en el campo de la óptica que permitían construir lentes con una mayor capacidad de aumento y permitía que emisor y receptor de una señal visual pudieran estar a una mayor distancia lo cual reducía el número de estaciones necesarias en una red telegráfica.
Uno de los factores que agilizó la implantación del sistema en Francia fue su situación política durante el período de 1790 a 1795. En estos años la Revolución Francesa estaba en pleno apogeo, y además el país se encontraba rodeado de países hostiles. En este entorno el gobierno necesitaba un medio rápido y fiable para transmitir órdenes y mantener el control del país.
De esta manera los hermanos Chappe decidieron ponerse manos a la obra durante el verano del 1790 e intentar diseñar un sistema que permitiera al gobierno central recibir noticias de las provincias y transmitir órdenes en el menor tiempo posible.
Fue el 2 de Marzo del 1791 a las 11 AM, cuando se realizó la primera transmisión. Chappe envió a su hermano un mensaje desde Burlon a Parce, una distancia de 16km. El experimento fue todo un éxito. Para esta primera prueba se optó por la utilización de una combinación de paneles, relojes y telescopios. Aunque aún tendrían que refinar el sistema el experimento demostró la viabilidad del sistema.
Los hermanos Chappe dedicarían los siguientes dos años estudiar las diferentes alternativas. Una de las primeras propuestas fue el telégrafo de paneles, que consistía en cinco paneles que se podían mostrar u ocultar mediante poleas, formando así un código binario de 5 bits (32 señales en total). Sin embargo esta idea fue finalmente abandonada ya que los experimentos llevados a cabo demostraron que resultaba más fácil ver el ángulo entre dos formas que la presencia o no de un panel. De esta manera se decidieron por un telégrafo que no usaba paneles sino una barra alargada de madera, llamada regulador que tenía dos “brazos” giratorios, llamados indicadores, en sus extremos.
Tanto el regulador como los indicadores podían moverse en intervalos de 45 grados. De esta manera cada uno de los dos brazos que podía adoptar hasta 8 posiciones distintas si bien sólo se utilizaban 7, pues era difícil distinguir cuando uno de los brazos se colocaba en posición detrás del regulador. Por otro lado de las 8 orientaciones que podía adoptar el regulador sólo se podían distinguir 4, pues 4 eran simétricas respecto a las otras 4. Con estas restricciones el sistema permitía la transmisión de 196 símbolos (7x7x4). Aunque si las posiciones del regulador se restringían a horizontal y vertical el número de símbolos se reducía a 98.
Para acelerar la transmisión y ofrecer una cierta seguridad se desarrolló un libro de códigos para estos símbolos. Los primeros 94 se usaban para codificar el alfabeto, los números y las silabas más usadas. Para los demás se transmitían dos señales, la primera codificaba un número de página del libro de códigos y la segunda un número de línea dentro de esa página, en total el libro de códigos tenía 94 páginas de 94 líneas cada una, por lo que contenía 8930 palabras y frases.
Una vez concluido el diseño, en 1792 Claude fue nombrado Ingeniero Telegrafista y asignado la misión de construir una línea entre Paris y Lille, una distancia de 230 kilómetros y 22 torres. La línea sería usada con éxito para transmitir las noticias de la guerra entre Francia y Austria. En 1794, transmitió la noticia de la captura de Conde-sur-l’Escaut por parte de la austriacos en menos de una hora. El primer símbolo de un mensaje hacia Lille, podía ser transmitido a través de 15 estaciones en sólo 9 minutos, aunque estos tiempos variaban en función de la meteorología y la visibilidad.
Las noticias del éxito de la transmisión llegaron a otros países, que de inmediato se pusieron manos a la obra para construir sus propias redes. El segundo en hacerlo fue Suecia, casi a la par que Hungría. España, el Reino Unido y Alemania tampoco tardan en dotarse de este sistema. En Reino Unido y Suecia se optó por un sistema de paneles muy similar a los prototipos iniciales de los hermanos Chappe pero diferente del sistema de brazos articulados.
En España es durante el 1799 cuando se presentan ante Carlos IV varias propuestas de telégrafo. El ingeniero tinerfeño Agustín de Betancourt fue el encargado de estudiar todas ellas, considerándolas todas muy complejas y propensas a fallos, por lo que decide realizar su propia propuesta.
Betancourt conocedor de las limitaciones y problemas de los sistemas francés e inglés realizó una propuesta que superaría en velocidad, seguridad, fiabilidad y facilidad de lectura y manejo a la de Claude Chappe. El diseño de Betancourt fue considerado por muchos expertos de la época incluida la Academia de Ciencias Francesa, mejor que el de los hermanos Chappe.
La primera línea que se aprobó en España era la Madrid-Cádiz, compuesta por unas entre 60 y 70 estaciones. Sin embargo la crisis económica sólo permitió completar el tramo Madrid-Aranjuez. Lo mismo ocurriría con las demás líneas proyectadas en España durante los comienzos del siglo XIX, de las cuales sólo se acabaría construyendo tramos cortos.
El funcionamiento de la red comenzaba en la estación desde la que se emitía el mensaje. Se colocaba el telégrafo en una posición de alerta. Cuando la estación siguiente avistaba esta señal, colocaba su telégrafo en posición de preparado y el primer telégrafo sabía que podía comenzar a transmitir. Una vez se comenzaba a transmitir, cada símbolo debía estar unos 20 segundos como mínimo en la posición para que la siguiente estación lo leyese correctamente y colocase su telégrafo en la misma posición, lo cual indicaba a la estación precedente que podía transmitir el siguiente símbolo del mensaje.
Por lo que respecta a Francia, la segunda línea en ser construida sería la que uniría París con Estrasburgo mediante un total de 50 estaciones. En este tiempo los hermanos Chappe intentaron que la telegrafía óptica fuera usada no sólo para fines militares sino también para usos comerciales aunque con escaso éxito. En el campo militar había sido todo un éxito hasta el punto que Napoleón llevaba consigo una estación portátil. Lo cual le permitía coordinar sus fuerzas a distancias más largas que ningún otro ejército de su tiempo.
El sistema era caro de mantener y de gestionar, una de las mayores fuentes de gasto eran los sueldos de los operadores que tenían que ser gente disciplinada y muy bien entrenada. Pese a ello su vida era dura, cada dotación telegráfica se componía de tres o cuatro personas. Durante su jornada laboral, que se extendía de sol a sol, mientras hubiese luz suficiente, los torreros debían mirar regularmente a las torres anterior y posterior de la línea para comprobar si alguna de ellas se encontraba en posición de atención.
Los torreros se limitaban a repetir los símbolos desconociendo la naturaleza del mensaje en sí. Por ejemplo en España, los mensajes se enviaban cifrados según un código existente en el libro de códigos, que estaba en posesión del Comandante de Línea, que era el único autorizado para la codificación y decodificación.
Uno de los mayores problemas que presentaba el telégrafo óptico era que el símbolo era plano, por lo tenía que ser leído de frente. Ya que visto desde un lateral no presentaba información alguna. Esto obligaba a trazados rectilíneos y hacía que dar una curva fuese realmente difícil. Justamente el sistema ideado por Betancourt era junto al del también español Marthé el que permitía un mayor ángulo de visión (unos 45 grados).
Pese a estos problemas la mayor limitación del sistema era que no se podía utilizar de noche o en condiciones meteorológicas adversas como niebla o lluvia intensa. Se hicieron experimentos con faroles aunque sin resultados satisfactorios.
El telégrafo óptico fue cayendo en desuso al ser superado por el telégrafo eléctrico. Basta una simple comparación para constatar su inferioridad. Así para una línea de unos 120km, el óptico necesitaba: 15 torres, 15 operadores y permitiría enviar mensajes únicamente durante unas 10 horas al día. Durante estas 10 horas podría enviar unas dos palabras por minuto. Con estos números el coste por palabra y milla sería de unos 0.0114 dólares. Mientras que si la línea fuera eléctrica, sólo serían necesarios 6 operadores, la línea funcionaría las 24 horas del día, y podría enviar 15 palabras por minuto. Estos números reducirían los costes a 0.00038 dólares por palabra.
La única ventaja de la telegrafía óptica sería que no necesitaría de la colocación de cables, lo cual aparte de ser un coste también suponía una vulnerabilidad del sistema frente a sabotajes y ataques, como ya señalaron algunos críticos de la época.
Pero fue paradójicamente en los años anteriores al ocaso de la telegrafía óptica cuando esta recibió el impulso definitivo en España. Pese a que ya se conocía la telegrafía eléctrica y se experimentaba en Europa desde hacía 4 años. Fue en el 1844 cuando se estableció el trazado de telegrafía óptica en España, siendo el Coronel José María Marthé uno de los máximos responsables del proyecto.
El proyecto pretendía unir Madrid con todas las capitales de provincia de la península. Para reducir los costes se tomaron una serie de medidas, como que las torres estuvieran cerca de caminos o pueblos para facilitar su avituallamiento o reutilizar estructuras ya existentes como torres y atalayas. Para los casos que se tuvieran que construir torres nuevas, se optó por un único modelo para todas ellas que se asemejaba al de una fortaleza, de manera que en caso de guerra fuera lo más difícil posible para el enemigo interrumpir las comunicaciones.
La construcción del proyecto quedó inconclusa y finalmente sólo se construyeron tres de las líneas, Madrid-Irún, Madrid-Cádiz y la línea Madrid-La Junquera. Sin embargo estas líneas estuvieron poco tiempo en uso, por ejemplo la Madrid-Irún dejó de funcionar en 1855 justamente un año después que quedara completada su equivalente eléctrica. La misma suerte corrió la Madrid-Cádiz en 1857. Las últimas estaciones que dejaron de funcionar fueron las catalanas, que siguieron en uso hasta finales del siglo XIX.
En la actualidad en España el único resto material que queda de la telegrafía óptica son algunas torres en ruinas, mención especial merece la de Adanero, torre número 11 de la línea Madrid-Irún que fue restaurada en 2002 por movistar. Sin embargo queda un gran rastro en la toponimia peninsular donde encontramos numerosos cerros y montes que se llaman “del telégrafo”.
En Francia el país inventor de la telegrafía óptica resistiría hasta el 1846 cuando el gobierno se decidió por la eléctrica, pese a las preocupaciones de muchos contemporáneos ante la facilidad de interrumpir su servicio simplemente cortando un cable.
PS(i): Recomendaros la página sobre la telegrafía óptica en la que colabora un lector de este blog que me ha llegado vía comentario. En especial la sección dedicada al Telégrafo de Marthé con muchas fotos de torres en España.
PS(ii): El telégrafo óptico aparece en El conde de Montecristo, donde el conde soborna a un operador para que envíe un mensaje falso.
*foto 1: El telégrafo de Chappe en funcionamiento
*foto 2: Interioridades del telégrafo de Chappe
*foto 3: El telégrafo de Marthé
*foto 4: Telégrafo restaurado de la torre de Adanero
*foto 5: Panorámica de la torre óptica de Arévalo
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+info:
- Telégrafo óptico en es.wikipedia.org
- Semaphore line in en.wikipedia.org
- El telégrafo óptico en España 1800-1850 por Luis Enrique Otero Carvajal
- Napoleon’s Secret Weapon por Randy H. Katz
vídeos:
- Original semaphore en youtube en el que se puede ver en funcionamiento una torre del telégrafo de Chappe (descubierto en el wiki de telegrafía óptica)
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lunes, 1 de septiembre de 2008
El panóptico, una prisión sin rincones
En 1791, el filósofo inglés Jeremy Bentham diseñó su prisión ideal, el panóptico. Gracias a la distribución interna de la prisión uno y sólo un carcelero sería más que suficiente para crear en los prisioneros la opresiva sensación de estar bajo vigilancia permanente. Aunque la idea no cuajó en la Inglaterra de su tiempo, el panóptico ha sido usado como modelo en la construcción de numerosas prisiones en todo el mundo, muchas de las cuales siguen funcionando en la actualidad.
Bentham derivó el diseño de una escuela militar en París diseñada por su propio hermano, Samuel, teniendo en mente el problema de la gestión y supervisión de un gran número de individuos con el menor número de medios. El nombre, panóptico, viene del observar (-opticón) a todos (pan-).
La prisión propuesta por Bentham sería un edificio circular hueco, con una torre central en su interior. El anillo exterior estaría dividido en celdas, cada una de ellas ocuparía todo el grosor del anillo lo cual permitiría que tuvieran ventanas hacia el exterior y el interior. La parte de la celda que da al interior sólo contaría con una reja lo que permitiría al vigilante ver lo que hace el recluso en todo momento. Los reclusos estarían totalmente aislados de sus vecinos por muros, que se prolongan unos centímetros más allá de la reja y sujetos al escrutinio, tanto colectivo como individual por un observador en la torre que no se dejaba ver.
La luz penetraría por las ventanas exteriores de las celdas, llegando hasta la torre central que dispondría de ventanas y celosías. De esta forma, el vigilante podría ver a contraluz la figura de cualquiera de los reclusos, mientras que las celosías impedirían a estos verlo a él, de hecho no podrían saber ni siquiera si realmente estaba allí. A parte del uso de celosías Bentham también pensó en los accesos y comunicación entre las salas de la torre de observación, optando por el uso de muros en zigzag frente a las puertas, estos muros al igual que las puertas cumplirían su misión de evitar la salida de la luz y pero evitarían los chirridos que pudieran delatar las entradas y salidas del observador.
La torre central del panóptico además se convierte en un símbolo de sumisión y de poder, en una representación del poder visible pero que es a la vez no verificable. La torre es visible desde todas las celdas, recordando a los reclusos que en cualquier momento que podrían estar siendo vigilados, sin embargo jamás pueden verificar que esté siendo así.
En el edificio de Bentham es clave esta falta de relación visual entre observado y observador. Pero también los es el aislamiento y el silencio. Incluso en los casos que el carcelero tuviera que comunicarse con algún preso lo haría mediante un tubo metálico y siempre en voz baja. Se produce la paradoja que para el carcelero los reclusos forman una multitud, pero ellos mismos se ven a sí mismos como individuos solitarios aislados. Las celdas formarían una multitud de teatros, que sólo pueden ser vistos por un único espectador.
Más tarde Bentham abandonaría la idea de absoluta incomunicación. Las celdas deberían alojar a 3 o 4 presos, pues pasaría a considerar las relaciones sociales una pieza importante en la reeducación del preso. Bentham concluiría en su obra “The Rationale of Punishment” que la soledad y la incomunicación conducen a la locura.
El sentimiento de “vigilancia permanente” que se desarrollaba en los reclusos según Bentham reduciría el número de intentos de motín o fuga, lo cual no sólo permitiría abaratar los costes de gestión de la prisión al no ser necesarios tantos vigilantes sino porque también abarataría su construcción al no requerir de la construcción de muros tan gruesos y altos. Otra ventaja del panóptico es que permitiría al alcaide de la prisión controlar fácilmente que sus carceleros no descuidaran sus tareas. El panóptico se convierte entonces en un perfecto engranaje social, en el que todos cumplen son su cometido por miedo a ser “observados” realizando lo que no deben, bien sean reclusos o carceleros.
Otra idea de Bentham para “reducir costes” era utilizar a los reclusos como mano de obra en trabajos forzados, tales como andar sobre ruedas que harían funcionar telares o norias para extraer agua. Aunque Bentham no sólo estaba preocupado por la viabilidad económica y la efectividad reformatoria de su prisión, sino que también incluye medidas para velar por la salud de internos y guardianes. Así previó la existencia de letrinas individuales o agua corriente en cada celda así como el uso de calefacción central para caldear el edificio.
A parte de la practicidad de su diseño, el panóptico servía también como un modelo de reinserción de delincuentes. El filósofo inglés aseguraba que pasada una larga temporada en la prisión, el recluso internalizaría de tal manera el sentimiento de estar bajo vigilancia, que este no le abandonaría ni cuando hubiera recuperado su libertad, lo cual disminuiría las posibilidades que volviera a delinquir.
En 1975 el filósofo francés Michel Foucault hizo una crítica del panóptico de Bentham en su obra “Vigilar y castigar”, considerándolo un edificio totalitario. Para Foucault la clave está en la “invisibilidad” del carcelero del panóptico, que lo convierte en “omnisciente” para los presos, es decir un carcelero que pese a no saber si está o no está vigilando, puede estar en todas partes y en todo momento. Para reforzar esta idea en el subconsciente de los reclusos, los carceleros tenían que demostrar cada cierto tiempo su poder por medio del castigo. Finalmente Foucault consideró esta “invisibilidad” del vigilante un método disciplinario opresivo.
Las ideas de Bentham inspiraron también a George Orwell en su novela “1984”, la descripción de un estado totalitario dominado por un gran hermano que todo lo ve.
Bentham dedicó una gran parte de su tiempo y casi toda su fortuna para promover la construcción de una prisión siguiendo su esquema. Tras muchos años e innumerables problemas financieros y políticos, consiguió el permiso del Parlamento inglés para la compra de un lugar donde levantar la prisión. Aunque más tarde, en el 1811, el Primer Ministro se lo revocó, aunque concediéndole una indemnización de 23.000 libras.
Más fortuna tuvo en el exterior, donde a lo largo de los siglos XIX y XX varias cárceles se adaptaron a su modelo, por citar algunos: Edinburgh Bridgewelly (1794), Santo Stefano en Sicilia (1795), Panóptico de Bogotá o el Presidio Modelo en Cuba (1932). Pero también hubo en muchos otros países como Argentina, Estados Unidos, Australia, Holanda…
En España la primera prisión construida bajo este paradigma fue la de Mataró, diseñara por el arquitecto Elies Rogent en 1851 e inaugurada en 1863, que fue declarada Monumento histórico en Octubre de 2001.
A parte del éxito de su modelo arquitectónico, la obra de Bentham puso su granito de arena en el cambio de orientación de las políticas penitenciarias. Durante la época anterior, la de las monarquías absolutas, la lucha contra el crimen consistía en el uso de penas ejemplares que intentaban asustar a los delincuentes. Por otro lado, como el crimen se asimilaba al pecado, castigar era más que legítimo. Sin embargo, se vio que no era un sistema demasiado eficaz.
Sería tras la Revolución Francesa, cuando se comenzarían a poner en práctica algunas de las ideas de Bentham. El medio para que el delincuente desistiera de su idea de delinquir no sería el miedo, sino, simplemente, que fuera el propio delincuente el que no quisiera delinquir. Las prisiones pasarían de ser un lugar de castigo a uno de rehabilitación.
PS: Por expreso deseo de Jeremy Bentham, su esqueleto, totalmente vestido y con una cabeza de cera (la auténtica fue momificada), se guardad en una vitrina en el University College de Londres. Donde "sigue" participando en las reuniones de su consejo académico.
*foto 1: Diseño del Panóptico de Bentham
*foto 2,3: Vista exterior e interior del Presidio Modelo en cuba
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+info:
- La reforma carcelaria en el pensamiento ilustrado y sus modelos arquitectónicos por Javier García Algarra UNED
- La cárcel perfecta en telecinco.es
- Panóptico en es.wikipedia.org
- Panopticon in en.wikipedia.org
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